Editor IAM
Asumida por el portero la baja de larga duración, y restablecida su capitanía, las partes avanzarán con respeto hasta otro instante decisivo: el mercado invernal. Su saludo con Flick fue muy frío.
Ter Stegen y el Barça como institución resolvieron el Gamper mejor de lo que se esperaba después de la tormenta de las últimas semanas. El alemán habló con estilo de “mirar hacia adelante”; y Laporta, desde el palco, le aplaudió en señal de absolución.
El ruido ha pasado y ha regresado, de momento, el respeto. Pero el caso queda. La frialdad de Flick en el saludo con el portero fue evidente. Y Joan García salió a defender la portería con el dorsal ‘1’. Una declaración de intenciones.
Podría decirse que las partes han llegado a una paz de conveniencia. Asumida por el portero la baja de larga duración, y restablecida inmediatamente su capitanía por parte del club, cena con Laporta incluida, las partes avanzarán en silencio hasta otro instante decisivo: el mercado invernal.
Ter Stegen tiene tiempo para asumir el nuevo escenario y decidir. Ya sabe que no es el portero titular en los planes del club, así que si pretende jugar el Mundial con Alemania necesita encontrar un equipo que le garantice minutos a partir de enero.
La cesión parece el escenario más sencillo, puesto que hay cantidades económicas por resolver que el portero no está dispuesto a perdonar. Una salida hasta junio también permitiría que el Barça pudiese mantener inscrito a Joan García.
Otra opción sería que, si la recuperación se alarga o no encuentra club, el portero tirase la toalla, decidiese seguir y hubiera que inscribirlo. Eso generaría una nueva situación de tensión. “Ter Stegen ha estado excelente. Lo que había se ha quedado arreglado. Creo que ha tenido unas palabras sinceras y eso también lo necesitaba la gente, alguien liderando”, dijo Laporta. Pero el caso, resuelto momentáneamente, no está cerrado.
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