Fluminense y Lanús empataron 1-1, en el estadio Maracaná, por el partido de vuelta de los cuartos de fina de la Copa Sudamericana. El empate le permitió al Granate clasificar a semifinales, ya que se había impuesto 1-0 como local en el cotejo de ida.

El conjunto brasileño fue ampliamente superior y elaborando varias situaciones ofensivas en el primer tiempo. En esa etapa inicial, Lanús no logró hacer pie y fue desbordado en todos los sectores de la cancha. Y ese dominio local tuvo su festejo: Kevin Serna tiró el centro, Luciano Acosta cabeceó asistió a Agustin Canobbio, que anotó el 1 a 0, a los 20 minutos.

Todo cambió en el segundo tiempo. El equipo de Mauricio Pellegrino tomó el control y con mucha personalidad pasó a hacerse fuerte. El ingreso de Dylan Aquino fue clave, el pibe le dio otra vitalidad y agresividad al Granate y se convirtió en el socio ideal de Marcelino Moreno.

Justamente una pared entre Moreno y Aquino tuvo final feliz con la brillante definición del delantero de 20 años surgido de las inferiores de Lanús, a los 22 minutos.

El final del partido resultó muy emotivo e intenso. Fluminense buscando el triunfo, con un tiro de Germán Cano en el poste como chance más propicia, y Lanús exhibiendo mucha personalidad y compromiso.

Todo lo bueno que ocurrió dentro del terreno de juego, se contrapuso a un hecho penoso afuera. Como lamentablemente sucede cada vez que un equipo argentino compite en Brasil, la policía local reprimió, con violencia y sin motivo, a los hinchas de Lanús que estaban en la tribuna.