Editor IAM
Cuando las cosas van mal dadas, Flick no duda en poner sobre el campo a todo su arsenal. Un comando ofensivo que consigue remontadas que parecen imposibles.
El Barcelona lo volvió a hacer. Igual que pasó la temporada pasada cuando el partido estaba perdido ante el Benfica, el Atlético, el Real Madrid o el Inter, el equipo blaugrana remontó el sábado en el Ciutat de València un encuientro que perdía por 2-0 al descanso.
La remontada hasta el 2-3 definitivo llegó gracias al mismo sistema utilizado en anteriores ocasiones. Sacando al césped un arsenal de boinas verdes especialistas en atacar que atemorizan al rival con su sola presencia y consiguen cumplir misiones que parecen imposibles.
Como cuando el Atlético de Madrid se puso 2-0 en el Metropolitano en el minuto 70 y el Barça acabó ganando por 2-4, Como cuando el Benfica ganaba al Barcelona 4-1 en el minuto 68 de partido y los de Flick acabaron imponiéndose por 4-5 en un final de locos.
También lo sufrió el Real Madrid, que en Montjuïc el día que se iba a decidir la Liga. Mbappé adelantó al Madrid por 0-2 antes del cuarto de hora de partido, pero al acabar la primera parte el Barcelona ya ganaba por 4-2 a un Madrid al que arrasó en 25 minutos en los que los blancos persiguieron sombras.
En la Champions, el Inter también se adelantó por 0-2 en la ida de semifinales y el Barcelona logró empatar el encuentro que a la postre acabó decidiéndose la eliminatoria en el Meazza en el partido de vuelta.
La base de estas remontadas, como pasó el sábado en Valencia, es la de disponer de un arsenal ofensivo descomunal y no tener ningún miedo a perder. A Flick le gusta el riesgo y en casos de emergencia como los relatados el alemán apuesta por un esquema 3-2-4-1 en el que se juntan hasta cinco delanteros.
El Barcelona acabó el partido en Valencia juntando en el terreno de juego a Lewandowski, Olmo, Raphinha, Lamine Yamal y Ferran Torres. A eso se le suman Gavi y Pedri llegando desde segunda línea y Koundé subiendo la banda como un extremo más.
Una receta que intimida a cualquier rival y que sirve, de momento, para salir airoso de las misiones más complicadas. Por eso son el comando de élite de Hansi Flick.
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Guillermo Tagliaferri
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