
El base menorquín, que acaba de ampliar su vinculación con el Real Madrid por un año, estuvo a punto de poner rumbo a la NBA en 2015 para jugar en los Rockets.
Este jueves el Real Madrid hizo oficial (a través de un comunicado que compartió en su página web) lo que era ya un secreto a voces: Sergio Llull seguirá vistiendo de blanco una temporada más.
El base menorquín (37 años y 1,90 metros de altura) ha alcanzado un acuerdo con la entidad blanca para prolongar su contrato hasta junio de 2026, lo que le permitirá disputar su vigésima campaña consecutiva en el equipo blanco. Nadie en la historia del Real Madrid ha jugado tanto tiempo en el club, ni en fútbol ni en baloncesto.
Llull, que cumplirá 38 años el próximo 15 de noviembre, aterrizó en Madrid en 2007 procedente del Baxi Manresa. Desde entonces, ha conquistado 29 títulos con la camiseta blanca: 3 Copas de Europa, 9 Ligas, 7 Copas, 9 Supercopas, y 1 Intercontinental, cifras que lo convierten en una auténtica leyenda del baloncesto europeo (recientemente fue elegido entre los 25 mejores jugadores de la historia de la Euroliga).
La renovación es más que merecida si tenemos en cuenta el rendimiento que el jugador ha mostrado esta última temporada, especialmente en los playoff. En Liga Endesa ha promediado 8,6 puntos y 2,3 asistencias (7,8 de valoración), mientras que en Euroliga firmó 6,6 puntos y 2,2 asistencias (5,1 de valoración).
No obstante, su continuidad en el equipo de la capital estuvo a punto de romperseen el año 2015, cuando los Houston Rockets querían como fuera a Llull para reforzar su puesto de base, y le presentaron una propuesta de 19,5 millones de dólares por tres años, que pusieron al menorquín con pie y medio fuera del Madrid. Todo parecía hecho hasta que el club blanco contraatacó con una oferta de renovación pocas veces vista en el baloncesto europeo: un contrato hasta 2021 (su actual contrato acababa en 2018) y más de dos millones de euros por temporada.
En el último programa de TIMEOUT emitido en el canal de YouTube de la FEB, El Increíble explicó ante las cámaras el porqué de su no a la NBA: “No me arrepiento en absoluto. Fue mi decisión, y la correcta porque fue mía. Los Rockets vinieron, salimos a cenar y hasta me pusieron a James Harden al teléfono. Salí de allí diciendo: “Me voy”. Estaba casi convencido”, explico Llull.
Sin embargo, el último intento del Real Madrid por retener a su estrella acabó siendo crucial: “Se lo dijimos al Madrid. Florentino me llamó y me ofrecieron un contrato de seis años con un aumento salarial, aunque aún lejos de lo que ofrecía la NBA. Al final, lo sopesamos todo, y mi decisión fue quedarme”, sentenció el de Mahón.
La decisión resultó acertada. En esa temporada, una de las mejores de su carrera, el base lo ganó todo: Liga (MVP de la final ante el Barcelona), Euroliga, Supercopa (MVP), Copa y la Intercontinental (MVP). Ahora, el veterano jugador se reencontrará con Sergio Scariolo, el entrenador que le hizo debutar con la Selección en un partido de preparación para el EuroBasket de 2009.