
El experimentado ultramaratonista Gustavo Pignataro, quien lleva varias décadas competiendo en carreras de alta competencia, volvió a participar de las 12 horas de Termas de Río Hondo, que tienen como escenario el Autodrómo Internacional de dicha ciudad de Santiago del Estero.
«Aunque en general fue una carrera dura, hubo momentos que era medio tranquila y medio dura, digamos un término medio. Nos tocó un día lindo para correr, salvo desde las 2 hasta las 6 de la tarde, que hizo un calor impresionante. La gente misma de ahí, de Santiago, decía que para esa época era mucho el calor tan húmedo y nos costaba«, cuenta.
Agrega: «Por lo menos a mí me costaba acomodarme a la carrera, me sentí incómodo corriendo en esas cuatro horas. No solamente yo, porque caminaba, corría, caminaba, corría y en un momento me puse a hablar con otros corredores y la mayoría se sentían incómodos por la humedad, por el calor, muy pesado».
El atleta de Parque Avellaneda explicó que «después de las 6 quedaban dos horas para que termine la competencia y ahí me rearme un poco, pero igual era muy pesado, porque esas cuatro horas de tanto calor fueron pesadísimas. Corrimos sobre el piso donde se corre la carrera de motociclismo, que no es duro como el pavimento. Oficialmente quedó segundo en mi categoría, en la clasificación, pero faltando esas dos últimas horas se cortó el chipeo y los números finales no daban. A varios les pasó lo mismo: si veías el tiempo oficial parecía que habíamos abandonado y llegamos hasta el final…»
Señaló que «hubo corredores que cuando caminaba le habían sacado vueltas y al final les agregaron esas vueltas. Entonces, decidieron arreglar solamente los diez primeros de la general de las categoría varón y categoría mujeres . Me dijeron los organizador que el año que viene no la van a hacer, por estos problemas y algunas cosas más».
Sobre la preparación para participar de esta competencia de larga duración, Pignataro dijo que «fue importante el trabajo que hago con Fernando Miranda, de Los Gladiadores, me llevó muy bien y pude completar la carrera sin problemas. Creo que sin el corte del chipeo y si hubiese sido todo normal habría ganado mi categoría y se entrando entre los diez primeros de la general. Seguro porque después me fijé al final y teóricamente, según ese conteo, el primero en la categoría me sacó 30 kilómetros, ¡No puede ser nunca!, es imposible. Uno conoce, no es por agrandarme, pero bueno…»
De la alimentación e hidratación durante las doce horas en actividad, manifestó que «la táctica era cada cinco kilómetros caminar uno o dos minutos para comer, fruta, fruta seca y turrón o queso, jamán, maní por el tema de la sal, y para tomar líquido. Fui acompañado por mi mujer, como asistente, que cada vez que yo paraba, me acercaba los bocados y el líquido. Eso se cumplió al pie de la letra, igual ya lo venía trabajando en los fondos largos en los entrenamientos previos».

Siguiendo con el tema Pignataro dijo que «faltando más o menos un kilómetro, me empezaba a picar la panza, como que me pedía comida, como que el combustible ya estaba bajo. También llevamos ropa, gracias a OSX, mi proveedor y sponsor de vestimenta, para ir cambiándome, por la transpiración».
Los objetivos ya están enfocados en el próximo desafío: «El 13 y 14 de septiembre voy a correr a La Pampa, todavía no sé si 12 o 24 horas. Me estoy preparando para eso, además de entrenamiento corriendo y de trabajos de kinesiología también voy a nadar como un buen complemento».