Un año, tres meses y 20 días. O 481 días, para resumir. Fue ese el tiempo que pasó desde que Lucas Pratto comenzó a encaminar la obtención de la Recopa Sudamericana en el estadio Monumental, frente a Athletico Paranaense.
Fue esa noche de celebración la última en la que el apodado Oso había enviado un balón al fondo del arco rival con la camiseta de River. Luego, llegó una lesión que le impidió recuperar su mejor forma y la titularidad, pero el experimentado delantero jamás bajó los brazos.
No lo hizo siquiera ante los rumores de una salida de River, club que pagó por él una fortuna que devolvió con goles importantes, como en las dos finales de la Copa Libertadores 2018 ante Boca.
En Lima, por fin, Pratto se reencontró con el gol. Y qué mejor forma que hacerlo que por duplicado. No importa si el rival era claramente inferior. Tampoco que su equipo goleó cómodamente por 6-0.
Pratto entró y convirtió. Y seguramente espera que sea un nuevo punto de partida con la camiseta de River.