El Dow Center, el revolucionario centro de formación de Pepe Sánchez

Este es un centro de alto rendimiento que buscará, aunque suene contradictorio, replantear el actual sistema de alto rendimiento. El trato al deportista como una máquina, el que yo y tantos mamamos, está en su etapa final. Esos mensajes de ‘entrenate a morir’, ‘sacrificá todo’, ‘no te muestres vulnerable’ y ‘matá tus emociones’ no va más. Nosotros buscaremos humanizar el sistema, formar integralmente a deportistas profesionales, que no son ni más ni menos que personas que, durante un rato, hacen muy bien un deporte. Es necesario entender que, además de los músculos, hay que entrenar la mente y las emociones. Esta reeducación es el desafío de los próximos años”. Pepe Sánchez siempre estuvo adelantado a las épocas, desde que se fue a la Universidad de Temple con 18 años cuando todos elegían Europa. Y hoy como gran referente de la gestión deportiva plantea, desde su abrumador conocimiento y convencimiento, una metodología rupturista y revolucionaria. Y el ex base lo hace desde su impactante creación, el Dow Center, edificio de vanguardia internacional que ya está en pleno funcionamiento y en 40 días recibirá nada menos que a la Selección de básquet en su camino al Mundial.

El Dow Center nació como mucho más que el hogar de Bahía Basket, el equipo profesional cuyo director general es Pepe y hoy se entrena allí. “Queremos convertirnos en un polo de conocimiento deportivo a nivel latinoamericano, que se caracterice por ser multidisciplinario y multideporte”, impacta el cerebro de la Generación Dorada. Sánchez busca ser el imán de otros deportes, que se acerquen para compartir conocimiento específico de sus disciplinas con el fin de nutrirse uno del otro. Por eso el Dow Center, en apenas cuatro meses de funcionamiento, ya fue visitado por el cuerpo técnico de Los Pumas (Mario Ledesma y Nicolás Fernández Miranda), por dos referentes del polo (Eduardo Heguy y Eduardo Novillo Astrada) y el especialista en movimientos Enrique Pisani. Y esto es sólo el comienzo. Porque incluso el edificio dará lugar más que al deporte, con la idea de maridarlo con educación y otros intereses culturales y artísticos que potencien al deportista.

El Dow Center impacta por ser un centro sustentable de 7500m2. Hablamos de un edificio “verde”. ¿Qué significa? Es una construcción que, desde su diseño y operatividad, se comporta de manera respetuosa con el medio ambiente, limitando los impactos negativos y potenciando los positivos, con reducción de consumo de energía y agua, protección de los recursos naturales y el uso de energías renovables. De hecho ya comenzó el proceso de certificación Green Building LEED, normas que durante un año verifican a los edificios sustentables. Sería el primero de Argentina en conseguirla. Mucho tiene que ver Dow, la empresa multinacional petroquímica que en Bahía cuenta con el complejo industrial más grande de la región. “Dow puso mucho más que el nombre. Nos brindó su asesoramiento y soluciones sustentables y de última generación para su construcción”, dice Pepe. Algunas de las tecnologías de Dow aplicadas son paneles metálicos con núcleo aislante de poliuretano de alta densidad y cerramiento con sistema DVH (doble vidrio hermético), ambas para optimiza la climatización del lugar. Además cuenta con superficies vidriadas para tener una iluminación diurna natural, un sistema de parasoles que brinda control solar pasivo, sistemas de aislación acústica, productos innovadores en recubrimientos e impermeabilización, artefactos eléctricos de mínimo consumo energético, una planta de tratamiento cloacal, con clasificación y separación de residuos en origen, y un sistema de almacenaje y reutilización del agua de lluvia.

El lugar tiene un concepto 365: vida todo el año, no sólo cuando hay partidos o entrenamientos. “El esquema de ‘estadio tradicional’ con poco uso ya no es viable”, explican. La idea es vivir las 24 horas en el lugar, que allí tengan todo, una visión inspirada en lo que vivió Pepe durante su carrera con los campus universitarios y training facilities de la NBA. El Dow Center tiene mucho más que tres canchas de entrenamiento (con tableros, aros, pisos y vestuarios nivel NBA) que, juntas, forman un estadio para más de 3.000 personas sentadas y palcos VIP para empresas. Cuenta con hotelería deportiva, departamentos para reclutados, comedor, oficinas administrativas y para entrenadores, un gimnasio de alto rendimiento (Performance LSP), un centro de medicina y rehabilitación, salas de video, de estudio, de reuniones y espacios de co-working. Pero lo más novedoso son los lugares verdes (huerta incluida fuera del edificio), de esparcimiento, arte y creatividad, con ambientación especial, donde se puede leer, relajarse, jugar, hacer yoga o realizar actividades artísticas. “Aquí podrán darle un respiro a su mente porque la vida tiene mucho más para ofrecer que básquet. Queremos que abran la cabeza y desarrollen otras inquietudes. Debemos empezar a darle más importancia al entorno del deportista. La neurociencia ya nos enseñó que un ambiente positivo ayuda más que otro con castigos y que no sólo hay que entrenar los músculos sino también el cerebro y las emociones. Nosotros, con nuestro método, buscaremos darles las herramientas para que sean aptos mental y emocionalmente para enfrentar los momentos de presión que tiene el deporte de alto rendimiento. Pero, primeros, lo que debemos reaprender somos nosotros”, cree Sánchez.

También es interesante el concepto de apertura a la comunidad porque el centro ya es usado diariamente por deportistas de todos los niveles. “Queremos que esté abierto al profesional pero también para el amateur. El alto rendimiento tiene que ver con los hábitos, no con cobrar dinero o no. Pretendemos aportar haciendo que estos hábitos sea accesibles para todos. Tampoco creemos en la visión de que el atleta de elite tenga aislarse de todo porque después vive en una burbuja. Debe convivir con lo cotidiano, con gente ‘normal’”, resalta Pepe. Por eso hoy es común ver a un grupo de muchachos tomando un café en el restó, señoras yendo a una clase yoga y chicas que, mientras corren en las cintas del gimnasio, miran -por la estructura vidriada- cómo un grupo de adolescentes juegan en las mismas canchas que entrena Bahía Basket. El diseño del edificio es justamente para que pase esto. No es casualidad que el componente principal sea el vidrio, generando una sensación de transparencia, movimiento e interacción entre todas las personas que lo habitan, siguiendo con este concepto de humanización del sistema. El Dow Center, está claro, tiene vida. Como lo soñó Pepe. Una ilusión que avanza hacia romper con los prejuicios y potenciar la enseñanza y la formación en el deporte argentino.

?>