Alberto Fernández admitió hoy que cometió un error el pasado sábado, cuando anunció la extensión del aislamiento social, preventivo y obligatorio, aunque aclaró que “no hubo conflicto” con los gobernadores que decidieron no permitir salidas recreativas para sus ciudadanos.
“No hubo conflicto. Venimos recibiendo pedidos de parte de los gobernadores, que quieren abrir ciertas actividades económicas. En el decreto habíamos precisado que las condiciones de salida las define cada distrito. Debería haber aclarado que los gobernadores tenían la posibilidad de reglamentar la salida. La verdad, se me pasó”, indicó el primer mandatario en una entrevista con Radio Con Vos.
Además, confió que recibió el llamado de los gobernadores antes de la salida del comunicado conjunto que emitieron Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Provincia de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.
“El comunicado que sacaron los gobernadores, antes lo hablaron conmigo. Y yo dije que me parecía bien si ellos sentían que no podían controlar el tema. Todos queremos preservar la salud”, reveló.
Fernández explicó sus motivos para haber dado luz verde a que la población pueda salir a tomar aire.
“Todos queremos priorizar la salud de la gente. Ahora, cuando hablamos de preservar la salud, también tenemos que preservar la salud psicológica de la gente. Porque el 911 en los últimos días recibió pedidos que exigieron atención psicológica y eso también hay que tenerlo en cuenta. Y, además, hubo cierto relajamiento social, que no es más ni menos que el reclamo de tener algún tipo de permiso para salir”, consideró.
En ese sentido, agregó: “Los gobernadores tienen vocación de cuidar a su gente, pero tampoco podemos mantener a la gente encerrada, porque no resiste. Cuidarnos no puede ser un sacrificio, sino motivo de alegría. Tampoco se puede convertir en penuria el aislamiento, eso es todo. Los gobernadores e intendentes tienen que estar encima del tema, como ya lo están hoy”.
Incluso añadió que entre los “reclamos de los gobernadores, había pedidos mucho más complejos”, como “poner en marcha la actividad automotriz”, y que “permitir que las fábricas funcionen en zonas aledañas a las grandes ciudades es mucho más riesgoso a que la gente salga una hora”.