A sólo unos pocos centímetros de distancia de la mano derecha de Sergio Goycochea pasó la pelota impulsada por Andreas Brehme, que significó un puñal letal para las esperanzas argentinas de alzar la Copa del Mundo en Italia 90.
Fue aquel un acierto mayúsculo del defensor alemán, quien batió al arquero argentino a través de una vía en la que había sido infalible durante todo el torneo: el tiro del punto penal.
Tan positiva como esa ejecución fue la decisión que Brehme tomó en las últimas horas, porque donó dos pelotas utilizadas durante ese torneo y firmadas por el plantel campeón del mundo para realizar una subasta.
La recaudación será destinada a combatir la lucha por el Coronavirus, la pandemia que azota al mundo y que tiene a distintos países europeos como foco principal.
El plazo para presentar las ofertas es el próximo 6 de mayo.