El uruguayo Italo Ortiz se incorporó a Racing en una época complicada, cuando La Academia había descendido a Primera B y tenía la obligación de regresar rápido a la categoría máxima.
El volante ofensivo proveniente de Cerro se adaptó rápidamente y después de cinco años (1984 a 1988) en Avellaneda logró una identificación total con el club.
“Racing es mi casa, es mi vida. Es el club que me dió la posibilidad de hacerme conocer en Argentina”, recordó Ortiz en una charla con IAM Noticias.
Además, agregó: “Tuve la posibilidad de conocer a Racing en momentos malos y ahora disfruto verlo en sus mejores momentos. Yo pasé todas las etapas, las malas y las buenas. Hoy sigo conviviendo con Racing, tengo mi carnet de vitalicios y voy siempre a la cancha”.
Resaltó que vivió “dos situaciones puntuales en la B. Lo mejor fue el ascenso después de dos años muy sacrificados. En esa época era todo a pulmón. Fue inolvidable el partido final en cancha de River con 70.000 personas, ganamos y ascendimos”.
“Un par de años después, en la Supercopa no tuve oportunidad de jugar mucho porque me transfirieron, pero lo disfruté. Quedó una gran relación con todos los muchachos de aquel plantel: el Pato Fillol, Toti Iglesias, Camote Acuña, Chupete Vázquez, Fabbri, Coco Basile…”, manifestó.
Sobre su actualidad, Ortiz, de 59 años, señaló: “Estoy trabajando, como técnico, en Campo Chico, que participa en la Liga Intercountries de la Zona Norte. Y hace poco armamos una empresa con Jorge Camote Acuña, gran amigo y compañero de Racing, de intermediación de futbolistas. Recién estamos empezando”.
“Estuvimos en Uruguay con amigos como el Pato Aguilera y el Tano Gutiérrez para darnos a conocer y seguir ligados a este deporte que tanto nos apasiona. También estuvimos en Paraguay con Gustavo Costas. Nuestra trayectoria en el fútbol nos da la oportunidad de juntarnos con gente amiga o conocida que saben que siempre nos hemos portado bien y con honestidad en la vida. Eso abre puertas sin lugar a dudas”, completó.
Tras su paso por Racing, Italo Ortiz continuó jugando en Argentina: Deportivo Armenio y Unión en Primera A y San Martín de Tucumán, Almagro y Tigre en el ascenso cerrando su carrera en 1994.
En La Academia sus estadísticas marcan 47 partidos y 5 goles en Primera B y 43 cotejos y 4 goles en la A.