Iban 21 minutos del primer tiempo cuando la pelota cayó como un regalo en los pies de Eduardo Salvio. El apodado Toto no le entró bien, pero aún así le dio la suficiente dirección para evadir el intento de Franco Armani de tapar su disparo.
El tiro de esquina desde la derecha le había dado a Salvio la oportunidad de festejar un nuevo gol en La Bombonera. Incluso ensayó un pequeño festejo. Pero el árbitro Sampaio anuló la acción.
El brasileño no necesitó del VAR. Estaba muy seguro de su decisión. Y las imágenes televisivas le dieron la razón.
Es que antes de caer al césped de La Bombonera, el balón tocó levemente la mano de Emmanuel Más. En la primera gran polémica de la noche, Sampaio acertó.