Con una actuación tan brillante como determinante de Facundo Campazzo, y el trabajo silencioso de jugadores como Patricio Garino, el seleccionado argentino de básquetbol superó hoy a Rusia por 69-61, y de ese modo se adjudicó el Grupo B del Mundial que se lleva a cabo en China.
A lo largo de cuarenta minutos, el seleccionado argentino pasó por distintos estados de ánimos y de juego, mayoritariamente por culpas propias más que por virtudes de su rival.
Todo eso provocó que la victoria recién pudiese asegurarse en los últimos 40 segundos de juego, gracias a Campazzo y la gran defensa del equipo.
La Argentina arrancó el encuentro con una altísima presión defensiva, y una certera precisión para encestar. Eso duró los primeros cinco minutos de partidos, después el equipo entró en un cono de sombras que fue muy bien aprovechado por Rusia.
En esos cinco minutos, los segundos del primer cuarto, el equipo se desinfló defensivamente, y se bloqueó en ataque. Fue el peor momento de Campazzo en todo el encuentro, y Nicolás Laprovittola, viniendo desde el banco, no aportó soluciones.
Rusia ganó el cuarto 17-12, y si bien todavía quedaba mucho por recorrer, apareció un dejo de preocupación, el cual fue eliminado porque desde el arranque del segundo parcial, el seleccionado explotó.
El equipo recuperó la defensa (también destacó en este aspecto Marcos Delía y Luca Vildoza), y salió en contraataque sumamente rápido que impedía que los rusos realizaran la transición defensiva a tiempo. Campazzo conducía; Luis Scola (13 puntos y 8 rebotes) acompañaba, y así la Argentina metió un parcial de 18-0 (para el 27-17) para comenzar a cambiar la historia.
Argentina brilló en el segundo cuarto, y si bien bajó la intensidad en el tercer parcial (lo ganó 14-7), mantuvo sin problemas las riendas del partido, sin que Rusia, donde apenas se destacaban Andrey Zubkov y Nikita Kurbanov, pudiese reaccionar.
Los problemas, sin embargo, volvieron a aparecer desde el arranque del tercer cuarto. Otras vez el equipo se nubló en ataque tomando decisiones equivocadas, y defendiendo cada vez menos ante un equipo, que no jugaba demasiado bien, que se le venía encima.
En los últimos 3 minutos, la ventaja argentina rondó siempre los 3 puntos (60-57 y 62-59), pero a sólo 37 segundos, merced a un tiro libre, Rusia se puso a sólo 2 puntos (63-61).
Entonces apareció Campazzo. Con su velocidad, con su desparpajo, con su capacidad para defender. Con un doble a falta de 28 segundos amplió la ventaja a 4 puntos (65-61), después convirtió 2 libres, y en el último ataque ruso robó el balón, y le sirvió una asistencia a Garino, para que este pusiera el 69-61 final.
Argentina sufrió demasiado por errores propios, y a partir del viernes, cuando enfrente a Venezuela en el inicio de la segunda ronda, deberá eliminar o limitar, esos pasajes en los cuales el equipo se va del partido.
De lo contrario el riesgo de perder, aumentará.
Foto: FIBA