Tres penaltis, dos a favor del United más que rigurosos resultaron determinantes en la eliminación. También la roja a Aranburu que dejó con diez a los donostiarras.

La Real Sociedad se quedó descabalgada de los cuartos de final de la Europa League en el mítico Old Trafford de manera cruel, laminada por dos penaltis más que rigurosos y con la expulsión de Aramburu, que le dejó con escasa capacidad de reacción ya con el 2-1 campando en el luminoso. Y eso que abrió la tarde con un tanto precisamente desde los once metros. Fernandes con un triplete y Dalot despacharon a los guipuzcoanos de la rueda continental en la fase final. Al equipo de Imanol, que acabó desfondado y sin apenas facturar ocasiones, le resta ahora intentar vía Liga entrar en Europa y sigue vivo en la Copa. Pero es muy vulnerable y acusa estos golpes.
Dos penaltis en los primeros quince minutos, primero uno a Oyarzabal con pisotón que convertía el propio capitán y, a renglón seguido, otro más que riguroso de Zubeldia, en el que el VAR no entraba por haber un ligero contacto, y que Bruno Fernandes alojaba en la red de Remiro para un 1-1, mantenía la equis en la eliminatoria. Un envite que arrancaba con unos primeros minutos eléctricos, con la Real seria y valiente, con un zurdazo de Kubo que atrapaba Onana. Aunque Remiro debió mostrarse decidido en un par de acciones ofensivas del United. El equipo inglés se fue estirando, hundiendo atrás a la Real en su área. Hojlund tuvo una ocasión clara y Durgu gozó de otra antes del descanso, pero su disparo lo alojaba en los brazos de Remiro. El equipo inglés se aferraba a la Europa League con todo lo demás ya perdido y aparcando esta noche sus anomalías institucionales.
La segunda mitad arrancaba con dos nuevos sustos para la escuadra donostiarra: paradón de Remiro y un posible penalti de Elustondo que fue revisado por el VAR. Una acción defensiva más que rigurosa porque el defensa se había quedado quieto. De nuevo Fernandes lanzaba la tercera pena máxima de la noche inglesa. Lo convertía el portugués, el jugador más desequilibrante del United, con pasmosa tranquilidad. Una losa muy dura en lo psicológico ya que los de Imanol debían revertir un envite torcido desde todos los ángulos.
Imanol recurría de nuevo a un triple cambio, dando luz verde a Aramburu, dejando a Elustondo de central con Aguerd, Turrientes y Barrenetxea. Los red devils empleaban la velocidad en sus transiciones, con Garnacho muy activo, ante una Real que no combinaba de manera clara como suele acostumbrar. Un balón perdido en la zona ancha por Turrientes alumbró un contragolpe cogiendo la espalda realista con pase en profundidad de Zirkzee, y Aramburu derribaba a Dorgu en su cabalgada para recibir una cartulina roja directa. El lateral solo llevaba cinco minutos en el verde. Más madera con 25 minutos por delante ante un United muy físico, con oficio y calidad en caso todos sus componentes.
Al equipo txuri-urdin, tocado, solo le quedaba aferrarse a que la derrota era por la mínima para mantenerse con pulso y forzar la prórroga, sufriendo y cerrando filas esperando un zarpazo. Oskarsson era el último cartucho supliendo a Kubo. El joven delantero islandés gozó de algún balón colgado, pero fue el eléctrico Zirkzee, en dos ocasiones, el que amagaba con cerrar la eliminatoria en el tramo final. Pudo haber un cuarto penalti de Traoré en el 84, pero esta vez cundió la lógica y el VAR corrigió el impulso del colegiado. Fernandes, en una contra letal, de libro, con la Real desarbolada, ponía la puntilla. Dalot todavía hacía más sangre con el cuarto tanto de un United que se gustaba, que quería agradar a su afición. La Real quedó por los suelos. Una noche para olvidar. La afición coreó el nombre de Imanol, pero entre que no acaba de dar el sí a continuar y que el equipo está flojeando, su proyecto se tambalea. Para colmo de males, se lesionó en un pie Brais Méndez.
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