Un euroderbi que dejará heridas

Atlético y Madrid, en un duelo de supervivencia. Los rojiblancos se aferran al Metropolitano; el Madrid, al 2-1 de la ida, Valverde y Bellingham. Mbappé es duda.

Hoy el Metropolitano alza el telón en un drama de realidad aumentada. Para el Atlético es mantener abierta o cerrar una herida histórica, un dolor intermitente que dura ya once años. Para el Madrid, sufrir o evitar la afrenta de caer en octavos, lejísimos de su territorio de caza, ante un vecino para el que siempre fue insuperable y en su competición favorita. Tras esta eliminatoria quedará una zona cero en uno u otro lado. Y hay argumentos para creer en uno o en otro. El Atlético esgrime el Metropolitano, remontadas pasadas y una mejor racha reciente. El Madrid, que está en vilo por Mbappé, su ventaja de la ida y Bellingham, factor de cohesión en un equipo que a menudo se divide en defensores y observadores.

A Simeone solo le hace dudar la enfermería. Si tuviese a todos disponibles repetiría con los de la ida, pero Lenglet notó unas molestias en el calentamiento del partido ante el Getafe que le impidieron jugar y De Paul sufrió un rodillazo en un muslo que le hizo abandonar ese choque. Son dos jugadores imprescindibles. El central francés comenzó la temporada en el banquillo, pero se ganó el sitio con lalesión de Le Normand en el primer derbi liguero y se ha vuelto imprescindible por su contundencia y su pie izquierdo. Ayer se entrenó con el grupo. Pinta que estará. De Paul vive la mejor temporada desde que llegó al club. Manda, filtra pases y llega. Se ha sacudido esa irregularidad que a menudo le creaba enemistad con una parte de la afición. Parece que también estará en un once que solo ofrece una duda de Lino o Gallagher.

Las alternativas de Ancelotti

En el Madrid, con la vuelta de Bellingham, hay menos certezas. Nueve parecían fijos, pero Mbappé no completó parte del entrenamiento de ayer por un golpe que sufrió ante el Rayo y es duda. Hoy pasará la prueba final y solo jugará si está al 100%. En caso contrario lo hará Brahim, que durante la semana ha tenido episodios de fiebre. La lógica dice que repetirán Valverde en el lateral y Camavinga en el centro junto a Tchouameni, pero el dúo francés no mezcla bien. Para romperlo hay varias alternativas improbables: devolver al centro a Valverde, con Lucas Vázquez en la derecha, o sustituir a Camavinga por Modric. El croata no ha sido titular en dos partidos seguidos en toda la temporada y disputó los noventa minutos el domingo ante el Rayo. Eso casi le descarta.

Simeone reservó muy poco en Getafe. Solo hizo dos cambios respecto al derbi del Bernabéu, con la entrada de Nahuel y Le Normand, por Barrios y Lenglet. Le fue mal. Ancelotti, en cambio, metió a seis nuevos, pero es que durante el curso ha rotado menos que el argentino. De hecho, seis jugadores del Madrid superan ya los 3.000 minutos de juego esta temporada (Valverde, Mbappé, Rüdiger, Courtois, Tchouameni y Vinicius, por orden de fatiga). En el Atlético, solo Oblak.

En cualquier caso, ambos conocieron mejores momentos durante la temporada. El Atlético se marchó de Getafe con una derrota y solo dos disparos a puerta. Julián Álvarez, su pichichi, con 22 goles, ni siquiera lo intentó. Y al Madrid, un Rayo con siete bajas, muchas de ellas de principales, le tiró veinte veces, obligó a Lunin a hacer cinco paradas, tuvo más tiempo el balón, dio más pases y lanzó más saques de esquina. Los datos de blancos y rojiblancos reflejan que se saltaron el domingo pensando en el miércoles.

Griezmann y Mbappé

Ese bajón general también tiene una traducción individual. En los últimos ocho partidos Griezmann solo ha marcado un gol, al Barça en la Copa, y resultó invisible en el Bernabéu y en Getafe. Simeone ha intentado dosificarle, pero aun así es el jugador de campo que más minutos acumula. Le alivia, eso sí, su retirada de la selección francesa. En cualquier caso, el Madrid se le da bien. Ha jugado ya 44 derbis y ha anotado once goles. También está en momento valle Mbappé, que ha marcado solo un gol en los últimos cuatro partidos, pero suma ya 29 durante el curso y anotó en su único derbi.

Bellingham es el gran refuerzo del Madrid para el encuentro, pero su rendimiento ha sido muy irregular durante la temporada. Tardó trece partidos en marcar su primer gol, después hizo siete en poco más de un mes y la expulsión en Pamplona y la sanción en la Champions parecen haberle sacado de pista. Él es el termómetro del Madrid, no dejó buenas sensaciones ante el Rayo y el Atlético es su bestia negra. Solo le ha ganado una vez en seis partidos y se ha estrellado dos veces con el palo. De los equipos contra los que ha jugado al menos seis veces solo le ha ido peor con el Bayern. En las mismas está Vinicius, que en 16 enfrentamientos solo le ha hecho un tanto al Atlético. Al Barça, en tres partidos más, le ha marcado siete.

El estadio

Otro factor diferencial es el Metropolitano. A él se agarra el Atlético con buenos argumentos. En casa ha ganado ocho de sus nueve últimos partidos en Champions. Solo el Lille, en la liguilla de esta temporada, pudo con él. Pero es que el escenario tampoco parece impresionar al Madrid en el pasado. Ha jugado nueve veces desde su inauguración en 2017 y solo ha perdido en tres. Sin embargo, dos de esas derrotas son matizables. La de la Copa de la pasada temporada (4-2) llegó en la prórroga, tras un empate (2-2) en el tiempo reglamentado. Y la de 2022 se produjo en circunstancias excepcionales: el equipo de Ancelotti venía de asegurar matemáticamente la Liga, había eliminado al City entre semana con aquella remontada épica en el descuento y preparaba la final de la Champions ante el Liverpool. Así que alineó un equipo plagado de suplentes, Lunin, Vallejo y Jovic incluidos. Aquel día reservó, entre otros, a Courtois, Carvajal, Mendy, Modric, Valverde, Vinicius o Benzema y cayó 1-0. De esos nueve duelos en casa ante el Madrid, solo el 3-1 en Liga de la pasada temporada le clasificaría hoy.

Los antecedentes apuntan a un partido cerrado, asfixiante, de poca actividad ofensiva. Ya lo fue en la ida. El Madrid hizo dos goles con solo siete tiros a puerta. El Atlético, uno en dos disparos. Ninguno de los dos equipos llegó al uno en el índice de tantos esperados, muy significativo respecto a las ocasiones creadas cuando en los derbis ligueros ese indicador fue muy superior, especialmente en el caso del Atlético. Aquellos fueron apasionantes, pero este es cuestión de supervivencia. Y se notará.

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