Vélez Sarsfield venció a Sarmiento 1-0, en el estadio José Amalfitani, por la vigesimoquinta fecha del Torneo 2024 de la Liga Profesional y se mantiene como único líder, faltando dos fechas para el final. La fiesta en Liniers fue completa ya que se celebró el 30 aniversario de la conquista de la Copa Intercontinental con la presencia del cuerpo técnico y futbolistas que lograron la hazaña ante Milan, en Japón, el 1 de diciembre de 1994.
El Fortín, que venía de tres empates consecutivos en el certamen y de seis en sus últimos siete partidos, sabía que un triunfo ante Sarmiento era clave, ya que sus perseguidores habían recortado distancia. Llegaba con el fuerte envión anímico de la épica victoria ante Boca Juniors, por la Copa Argentina, del miércoles pasado y con esa mentalidad afrontó el cotejo ante el conjunto de Junín.
Firme, activo, comprometido y agresivo encaró Vélez este partido, cuyos tres puntos tenían un valor fundamental. Por momentos combinó lucidez en sus jugadas ofensivas y su presión alta fue efectiva, en otros lapsos el nerviosismo lo llevó a pasarse de rosca y cometer errores. En esa alternancia de acciones bien procesadas y problemas para controlar la pelota, el Fortín dejó en claro su voluntad y su esfuerzo.
Sarmiento no consiguió inquietar, intentó hacerse fuerte en defensa y en el mediocampo cortó demasiado con infracciones. Y arriba prácticamente no tuvo presencia, en esa zona prevalecieron el reaparecido Emanuel Mammana y Valentín Gómez.
El equipo de Gustavo Quinteros tuvo en sus marcadores de punta, Joaquín García, por derecha, y Elías Gómez, por izquierda, en constante proyección y vía de salida rápida, a sus jugadores más destacados. Vélez protagonizó las llegadas, aunque en varias falló en la puntada final. Buscando siempre con determinación ese desnivel tan necesario, lo encontró a los 39 minutos del primer tiempo.
Claudio Aquino ejecutó el tiro de esquina, desde la derecha, Francisco Pizzini se anticipó y le pegó en el primer palo y la pelota pegó en el brazo extendido de Iván Morales. El árbitro Nicolás Ramírez no dudó y sancionó de inmediato el penal. Lo pateó Claudio Aquino con su habitual precisión y desató el grito loco de gol en el Amalfitani.
En el entretiempo se provocó la emoción. Ingresaron a la cancha Carlos Bianchi, Omar Asad, José Flores, Víctor Sotomayor, Marcelo Gómez, Raúl Cardozo, Christian Bassedas, José Basualdo, Roberto Pompei, Mauricio Pellegrino, Marcelo Herrera, Carlos Compagnucci, Julio Santella y otros héroes de aquel inolvidable triunfo ante el poderoso Milan en Japón que coronó a Vélez Sarsfield como el mejor equipo del mundo hace exactamente tres décadas atrás. La ovación fue estruendosa y los recuerdos y la exaltación hicieron latir los corazones fortineros con intensidad.
Pasado el momento emotivo por lo disfrutado en el pasado, volvió a dar lugar a la ilusión por este presente. Vélez continuó marcando territorio, siendo superior, reiterando sus altibajos y sin llegar a completar una destacada actuación al menos no dejó ninguna duda sobre la legimitidad de su victoria.
Estuvo muy cerca de aumentar con una gran jugada de Thiago Fernández y el disparo de Francisco Pizzini que pegó en el travesaño. Hubiera sido un golazo…
Con dientes apretados, sin lucir, como supo hacerlo en varios partidos de este torneo, pero con una personalidad avasallante y dejando en claro que tiene el título entre ceja y ceja, Vélez dio un gran paso para la conquista de ese título que refleje en las estadísticas su destacado desempeño en este Torneo, que lo tiene como puntero desde hace catorce fechas.
48 puntos suma Vélez Sarsfield, sustentado además por su generosa diferencia de gol (que definiría en caso de igualdad de puntaje) de + 21. Detrás están, todos con un partido menos: Racing (+ 14) y Huracán (+ 12) con 43 y Talleres (+ 7) con 42. La Academia recibirá el martes a Estudiantes (postergado de la fecha pasada) y Talleres y Huracán se enfrentarán mañana, lunes, en Córdoba.
El Fortín -que visitará Unión el próximo sábado, sin Agustín Bouzat, que hoy llegó a la quinta amarilla- los mira atento, pero con la tranquilidad de saber que depende de sí mismo sin importar otros resultados.