Vélez Sarsfield le ganó a Boca Juniors 4-3, en el estadio Mario Alberto Kempes, por la semifinal de la Copa Argentina en un partido cambiante y emotivo. Ganaba El Fortín 2 a 0, lo dio vuelta Boca poniéndose 3 a 2 y al final, Vélez logró la hazaña.
En los instantes iniciales, el equipo de Fernando Gago se mostró más concentrado y decidido. Pero fue Vélez el que golpeó, en su primera incursión a fondo, Claudio Aquino le dio un pase en cortada a Matías Pellegrini (que arrancó de titular) por izquierda para su ingreso al área y su remate que fue tapado por Leandro Brey; Elías Gómez tomó el rebote y asistió a Francisco Pizzini que puso el 1 a 0, a los 6 minutos.
Creció Vélez con este gol y con otro pase de Aquino a Pellegrini llegó el segundo festejo, el ex jugador de Estudiantes de La Plata mandó el centro y Jorge Figal en su intento por despejar metió la pelota en su arco, a los 19 minutos.
Con Boca desconcertado y afectado futbolística y anímicamente, Vélez estuvo muy cerca de anotar el tercero, con un tiro de Braian Romero a un paso de la línea de gol que increíblemente no entró. A los 30 minutos, Gago intentó cambiar el rumbo, haciendo ingresar a Milton Giménez por Ignacio Miramón, buscando contundencia en ataque.
Cuando se acaba el primer tiempo, un centro de Marcelo Saracchi, desde la izquierda, desembocó en el cabezazo cruzado de Edinson Cavani, con su habitual jerarquía y capacidad goleadora, para achicar la diferencia en el resultado y poner a Boca en partido, a los 43 minutos.
Dos minutos después, Matías Pellegrini se iba rumbo al mano a mano con Leandro Brey, pero Luis Advíncula fue directo a derribarlo. Era tarjeta roja, sin embargo el árbitro Pablo Echavarría solamente lo amonestó. De esa falta, surgió el tiro libre de Claudio Aquino que se fue muy cerca del travesaño.
De todos modos, el lateral peruano no duró demasiado más en cancha. A los 3 minutos del segundo tiempo, le volvió a cometer una falta, un planchazo, a Pellegrini, en la zona central, y vio la segunda tarjeta amarilla y la consecuente roja.
Otra vez, Boca Juniors sufrió la expulsión de un futbolista experimentado en un partido clave. Pero quedarse con un futbolista menos no perjudicó al equipo, sino que, por el contrario, lo motivó para crecer. No tanto a nivel juego, sino a nivel emocional.
Exhibiendo esa fortaleza mental, acompañada de un empuje Boca empató y se puso en ventaja. Una gran definición del Changuito Exequiel Zeballos, controló, enganchó y sacó el derechazo bajo, a los 25 minutos, para establecer el 2 a 2.
Vélez seguía conmocionado y atónito, cuando Exequiel Zeballos tocó para Juan Barinaga, quien despachó el pase para Tomás Belmonte y su puntazo para el delirio de Boca, que se ponía 3 a 2, a los 35 minutos.
Muchos pensaban que la historia estaba liquidada. Un Boca en las nubes y un Vélez -que antes del partido se sentía perjudicado por la elección de la fecha, de la cancha, del árbitro… – shockeado. Sin embargo, emergió el corazón de El Fortín y alcanzó una victoria épica.
Le salieron mal los cambios a Gago: sacó a Cavani y Zeballos, piezas de desequilibrio en ofensiva, y puso a Lautaro Di Lollo y Milton Delgado. Un hándicap que influyó para el despertar de Vélez Sarsfield.
Agustín Bouzat, que arrancó desde el banco e ingresó a los 13 minutos del segundo tiempo, se convirtió en el héroe fortinero. A puro fervor y confianza se plantó en el área chica para anotar el 3 a 3, tras un pase de Michael Santos, a los 39 minutos, y para convertir el gol que terminó de hacer estallar las cuerdas vocales del Fortín, tras un pase de Josquína Garcia, a los 44 minutos.
La gran fiesta, en un partidazo vibrante y con estados de ánimo cambiantes, la disfrutó Vélez, sin dudas el mejor equipo del fútbol argentino en este 2024. Lo espera la final de esta Copa Argentina, ante Central Córdoba, de Santiago del Estero, el miércoles 11 en Mendoza. Y también la recta final del Torneo, que lo tiene como único líder desde hace trece fechas, recibiendo a Sarmiento el domingo en el estadio José Amalfitani.