La plaga de lesiones, la peor en el inicio de las cuatro últimas temporadas, empaña una preparación física que sale a la luz en las segundas partes.
Cara y cruz. El Madrid exhibe músculo en las segundas partes de los partidos, con exhibiciones como la primorosa remontada al Dortmund tras el descanso. El balance de goles de los de Ancelotti antes y después de los descansos es de 8-28, señal de la frescura con la que el equipo llega al tramo final de los partidos. Ese frenesí es la de cal en la preparación física que comanda Antonio Pintus. La de arena es la plaga de lesiones que azota al vestuario madridista. En lo que va de temporada ha habido hasta 21 bajas en el primer equipo atribuibles a la práctica deportiva (queda fuera del recuento la gastroenteritis que padeció Lunin). A esas 21 bajas hay que sumar la del castillista Palacios, que estaba en la gira por Estados Unidos cuando se rompió el cruzado.
A estas alturas, la campaña pasada el equipo había sufrido seis lesiones menos, 15. Hace dos años, con un calendario más cargado en el inicio de temporada por la disputa del Mundial, fueron 19, aunque ninguna superó el mes de baja. Y en la 21-22, cuando Pintus regresó al club de la mano de Ancelotti fueron 15 (sólo cuatro de más de cuatro semanas). Un número de lesiones al alza que en Valdebebas pone bajo la lupa el método Pintus.
Once jugadores, además de Alaba, han pasado por la enfermería. Las lesiones más graves se han cebado con la defensa. Además de la prolongada ausencia del austriaco, que afronta la recta final de su recuperación, Carvajal, en el partido del 5 de octubre ante el Villarreal, y Militao, el pasado sábado 9 ante Osasuna, se han roto el cruzado de la rodilla derecha. Su diagnóstico se acentúa con la rotura del ligamento colateral externo y la rotura del tendón poplíteo en el caso del canterano, mientras que el brasileño tiene afectados ambos meniscos. Se perderán todo lo que queda de temporada.
Cruzados aparte, la forma de ver el vaso medio lleno es que ninguna otra lesión ha superado hasta el momento el mes y medio de baja. La más prolongada ha sido la de Camavinga, que estuvo justo un mes y medio por un esguince de rodilla tras una entrada de su compatriota Tchouameni en la víspera de la Supercopa. El francés se perdió los primeros nueve encuentros de la temporada.
Más de un mes fuera de los terrenos de juego estuvieron Brahim y Ceballos. El malagueño se perdió ocho partidos por una lesión en el abductor largo de la pierna derecha. Y el utrerano faltó a seis partidos en septiembre por un esguince en el tobillo. Sus recuperaciones son otra cara, esta positiva, del método Pintus, la de los milagros. Ambos acortaron los tiempos de regreso, de dos meses a 40 días en en caso de Brahim y de ocho semanas a cuatro y media en el de Ceballos. Ya la temporada pasada Courtois y Militao se recuperaron en tiempo récord de sus roturas de cruzado.
Esos milagros han aliviado una situación que sigue siendo crítica. Ancelotti afronta el calendario inmediato en cuadro. El técnico recupera a Courtois, pero mantiene seis bajas (Alaba, Carvajal, Militao y las de menor gravedad de Tchouameni, Rodrygo y Lucas Vázquez) que le dejan con sólo 16 efectivos disponibles para afrontar, para empezar tras el parón, las visitas a Leganés y Liverpool. Un lunar en un librillo cuyo éxito está más que probado.
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