Partido crucial para el Madrid frente al Dortmund, ante el que ganó la Decimoquinta hace 143 días. Sahin ha rejuvenecido al equipo alemán. Guirassy, la gran amenaza
La nueva Champions, estructurada en un complejo sistema de liguilla de todos contra algunos, también tiene sus caprichos. El de hoy es uno de ellos.143 días después de la última final, disputada en Wembley, Madrid y Borussia Dortmund vuelven a citarse en el Bernabéu en un partido con menos drama, pero realmente importante. Especialmente para el equipo de Ancelotti tras su derrota en Lille que le ha alejado de esos ocho primeros puestos que tienen el bonus de ahorrarse la eliminatoria de dieciseisavos (sigue el partido de hoy en directo en As.com).
Todo ha empeorado moderadamente de Londres aquí en el Madrid. Tras ganar invicto la pasada Champions, cayó en el segundo encuentro de esta primera fase ante el Lille y, en general, ha ofrecido peores sensaciones que juego. En busca de soluciones inmediatas, Ancelotti reordenó al equipo con tres centrales en Vigo y no resultó. Al Madrid le dispararon trece veces. El objetivo era mejorar la salida de pelota, agujero negro desde la retirada de Kroos, pero solo resulta cuando juega Modric. Así que hoy se espera una vuelta al 4-4-2 o al 4-2-3-1, si regresa al once Rodrygo, con el croata como gran incógnita.
En cualquier caso, el Madrid ha sabido disimular sus problemas en el Bernabéu, donde ha ganado los seis partidos del curso. En Europa no cae desde hace dos años y medio. Y ha diluido mucho el tradicional peligro alemán. De sus últimos 21 partidos contra equipos germanos solo cayó una vez, ante el Leipzig, en 2022. Su rival de hoy nunca pudo ganarle en siete visitas. En 26 años se ha enfrentado a él 15 veces. Solo ante Bayern y Juventus ha jugado más el Madrid en la Champions. Así que el duelo de hoy se ha convertido en un clásico moderno.
Un nueve en racha
El Dortmund, club de promoción de futbolistas con etiqueta de vendedor (ingresó casi 1.000 millones en los últimos ocho años), ha gastado mucho (80) en verano para rejuvenecer el equipo. Salieron veteranos como Hummels y Reus, regresaron a la Premier Maatsen y Sancho y fue vendido al West Ham el ariete Füllkrug, pero a cambio han llegado refuerzos de altura: los internacionales alemanes Anton y Gross, el ex del Girona Yan Couto, que estuvo en el radar del Madrid, y sobre todo el francés de ascendencia guineana Serhou Guirassy, segundo anotador de la Bundesliga el año pasado con el Stuttgart y que suma siete goles en siete partidos en este. En la última ventana FIFA le hizo cinco en dos partidos a Etiopía con la selección de Guinea Conakry, que comparte con Naby Keita o Ilaix Moriba.
Guirassy tiene ya 28 años y una carrera llena de curvas, a caballo entre la Liga francesa y la Bundesliga. Empezó en el Stade Lavallois, no triunfó en el Lille ni en el Auxerre. Se fue a segunda con el Colonia, tuvo un discreto papel en Amiens y Stade Rennais y, de pronto, explotó en una cesión al Stuttgart, que lo compró por 9 millones después de ese primer año a préstamo en que hizo 14 goles. La temporada pasada firmó 30 en 30 partidos y el Atlético se fijó en él. Acabó comprándolo el Borussia por su cláusula: 18 millones.
Jugador potente, el oportunismo es su principal arma. “Siempre intento estar en el lugar correcto. Me gusta observar a jugadores como Lewandowski o Haaland. Antes corría por todas partes, pero ahora he aprendido mucho sobre mí mismo y sé que lo importante es estar listo en el área”.
El gran salto de Sahin
Guirassy no es la única gran novedad en el Dortmund. También lo es Nuri Sahin, su entrenador, segundo el año pasado de Erdin Terzic y con un pasado blanco: jugó una temporada en el Madrid de Mourinho (“Es una persona fantástica, aunque puede resultar muy duro y muy directo”). El club blanco pagó por él 10 millones, pero se lesionó en el primer entrenamiento y tardó cinco meses en recuperarse. Acabó jugando solo diez partidos, ocho como titular, y marcó un gol. Luego fue cedido a Liverpool y Dortmund y finalmente el Madrid le revendió al equipo alemán por siete millones. Pasó seis años más en la Bundesliga, dos de ellos en el Werder Bremen, y acabó su carrera en Turquía de manera casi abrupta. En 2020 llegó al Antalyaspor, donde jugó una temporada, y al comienzo de la siguiente, cuando ya había disputado ocho partidos, el club destituyó a Ersun Yanal y le nombró a él. “Fui a entrenar un día y al volver a casa ya era técnico”.
Cuando aún estaba en activo como futbolista había dirigido a equipos de divisiones inferiores. “Ahí lo probé todo y supe que si funcionaba allí, también lo haría en el fútbol profesional”. Y lo aplicó en Antalya hasta que el invierno pasado el Dortmund le llamó para ser segundo de Terzic. Su experiencia como futbolista a las órdenes de Jürgen Klopp o Thomas Tuchel le ayudó: “Son los técnicos que más influyeron en mi carrera. Con ellos me enamoré del tablero táctico”. La Prensa alemana afirmó que no quiso entrenar ayer en el Bernabéu para no ser espiado. Él lo negó en rueda de prensa.
A Madrid llega con cuatro bajas importantes, Duranville, Reyna, Yan Couto y especialmente Adeyemi, esa flecha capaz de alcanzar los 36 km/h que se rompió tras hacer un hat-trick al Celtic en el último compromiso europeo. Ahí, en la Champions, le ha ido excepcionalmente bien al Dortmund, que lidera la tabla de 36 con dos victorias en dos partidos y diez goles a favor. En Liga, en cambio, ha tenido un comienzo irregular, con dos derrotas y un empate en siete jornadas. Ahora es séptimo, a cuatro puntos del líder Bayern.
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