Hay ocho tuercas por apretar: intensidad en las primeras partes, un suplente para Lucas Vázquez o afianzar a Vinicius. Radiografía a un gigante imperfecto.
Suspiros en Valdebebas. Se podría decir que, incluso, sonido de botellas de champán descorchándose. No es para menos: ni una sola lesión en todo el parón. La bala que hace un mes causó una enorme hemorragia, esta vez ha sido esquivada. A partir de ahí, rutina. Trabajo. Los problemas del día a día vuelven a la palestra y no son pocos. Porque este Madrid, notable, no termina de llegar al sobresaliente. Es imperfecto y Ancelotti aspira a la perfección. Tras once días de reflexión, llega el momento de apretar tuercas.
Más intensidad en las primeras partes
Sólo cuatro de los 22 goles han sido antes del descanso. Y hasta el noveno partido (de los 12 disputados), esta cifra era únicamente de uno, el de Rodrygo en la jornada inaugural. Ancelotti está consiguiendo que el equipo entre vivo, con nervio y colmillo a los partidos. La misión ahora es consolidarlo.
El dilema del lateral derecho
No es una cuestión de la titularidad, sino de cómo se va a gestionar la posición a largo plazo. Porque el puesto es de Lucas Vázquez, eso es seguro,pero jugar los hasta 60 partidos que aún pueden quedar es una auténtica locura. Habrá momentos en los que necesitará recambio. Militao y Rüdiger son las principales opciones, además de tirar de La Fábrica (Fortea, Loren o David Jiménez). Ancelotti tendrá que ir haciendo pruebas.
Ojo a las desconexiones defensivas
Siempre quedará Courtois, pero se le está viendo más de lo que debería. El Stuttgart hizo siete tiros, el Mallorca cinco y el Atleti, cuatro. Hay noches en las que la solidez se tambalea. Momentos puntuales. No es una tuerca grave, pero exige un giro.
Galones a Camavinga
Dicho de otro modo: encontrar a alguien que se acerque a Kroos. Importante el término ‘acercarse’ porque, sin él, se estaría pidiendo un imposible. El Madrid sigue en la búsqueda de un jugador que mueva al equipo, que asuma galones en la medular. El cenital apunta a Bellingham pero, en este sentido, el cuerpo técnico también tiene mucha fe en Camavinga. Es su momento.
Ser “compactos”
De los términos que más ha utilizado Carletto en las 24 ruedas de prensa que, por ahora, acumula en su mochila. “Hay que ser compactos”, “debemos volver a ser compactos”, “el equipo sabe que necesita ser compacto”. Erre que erre. Tirón de oreja tras tirón de oreja. Se refiere a la coordinación de bloques: que si los delanteros salen a presionar, los medios y defensas den un paso al frente y estiren el dibujo; y viceversa, si la defensa sufre, que los delanteros replieguen y ayuden a cerrar espacios. Hay demasiados huecos entre líneas. Y esto también se trabaja.
Recuperar a Rodrygo
Porque en los planteamientos entra la posibilidad de volver al esquema de cuatro centrocampistas y, eso, le mandaría al banquillo (la delantera sería para Vinicius y Mbappé). Rodrygo no está bien, sigue pecando de irregularidad y no encuentra la puntería. En 12 partidos únicamente ha hecho tres goles pero, al margen de los números, adolece las sensaciones. Quien ha visto al mejor Rodrygo, sabe que este, está lejos.
Afianzar a Vinicius
Terminó bien, espantando fantasmas. Gol y asistencia contra el Espanyol, asistencia ante el Alavés, reprise en el derbi y gol al Villarreal. Con la salvedad de Lille, donde falló la puntería (porque la ocasión, la tuvo), ha entrado en la dinámica de aportar siempre. Así que el camino pasa por afianzar esta versión. Asegurar este nivel. Poco a poco se va conociendo mejor con Mbappé, algo que ayuda.
Mbappé, más que goles
Nada se puede alegar en materia de pegada. Eso le está funcionando. Le ha costado (no marcó en Liga hasta la cuarta jornada, llegando a confesar que “puede que para algunos no marcar en tres partidos sea poco, pero para mí es mucho”), pero ha acabado encontrando la puntería. Y ya van siete zarpazos, siendo el máximo anotador del equipo. Con Kylian hay que pulir detalles de juego. Sigue estando demasiado solo, algo desubicado. Mejora como nueve (o falso nueve), pero sigue sin estar al nivel que puede dar. Si lo consigue, se vaticina un Big Bang.
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