A pesar de jugar mucho más que la pasada campaña su participación sigue siendo residual, y a sus 19 años corre el riesgo de estancarse. No quiere oír hablar de cesiones.
A sus 19 años, Güler sigue caminando en el alambre en el Real Madrid. Con mucho foco mediático y poca participación en un equipo que de centro del campo para arriba está cargado de jugadores de muchos kilates, y corriendo el riesgo de quedarse estancado si no consigue sacar cabeza, como hizo la pasada temporada por una efectividad casi sobrenatural de cara a la portería contraria.
“Porque tiene competencia y no es sencillo buscar espacio en el once de este Real Madrid”, justificaba Ancelotti la todavía participación residual del jugador en el equipo. “En estos primeros 12 primeros partidos ha sido tres veces titular. Creo que está teniendo más protagonismo que la temporada pasada”, zanjaba. Al técnico italiano no le falta razón. El turco está teniendo mucho más foco y protagonismo que el pasado curso. Infinitamente más, porque entonces tuvo que esperar 25 partidos para poder debutar con la camiseta blanca, ante la Arandina, en el 26. Pero la sensación sigue siendo la misma: no tiene un papel protagonista en este gran Real Madrid.
Sí, Güler ha jugado mucho más que la pasada temporada a estas alturas. Pero el dato tiene trampa, porque entonces el turco fue enlazando lesión tras lesión nada más llegar aterrizar. Muchos las achacaron al estrés que sintió siendo tan joven (18 años). El Madrid le había fichado por sorpresa previo pago de 20 millones de euros al Fenerbahce. Ahora duplica ese valor (está en 45) según la web especializada Transfermarkt. Todo, por aprovechar al máximo los cuatro ratos que Ancelotti le dio el curso pasado: 440 minutos repartidos en 12 partidos en los que marcó… ¡Seis goles!
La vida ha cambiado mucho para Güler esta temporada. Ha participado en 10 de los 12 partidos que el equipo ha jugado, titular en tres de ellos, ante Valladolid, Real Sociedad y Espanyol, y ya son 291 minutos disputados. Con todo, parece que eso se le queda pequeño. Güler tenía la esperanza de poder jugar mucho más tras la salida de Kroos, y aunque Ancelotti lo ha probado varias veces ahí, como interior, el italiano no le ve lo suficientemente hecho para jugar en esa posición.
Un proceso lento…
“Arda Güler puede jugar como interior”, aventuraba Ancelotti en la previa del encuentro ante el Stuttgart, consciente de que necesita trabajar con el jugador para desenvolverse en esa posición. “Tenemos que entrenarlo, pero él tiene las características para jugar en esta posesión. Es un jugador resistente, que tiene calidad física”. ¿Y qué diferencia para el italiano a un interior de uno que juega en el tridente de ataque? “Un interior tiene que meterse bien entre líneas, recibir el balón e intentar meter el pase para los delanteros. Y a nivel defensivo tiene que cerrar un poco más por dentro, exige mucho más trabajo físico”.
Modric sufrió un proceso parecido cuando llegó al Madrid, desde el Tottenham, en 2012. Siempre había sido un mediapunta, el típico 10, y en la Premier sólo había jugado un puñado de partidos en el centro el campo, donde luego se ha desempañado con tanta fortuna en el equipo blanco durante más de una década. De momento, este curso, Güler ha jugado 2 de sus tres partidos como titular como interior, en la media (ante Valladolid y Real Sociedad) y uno en el frente de ataque (Espanyol). Ahí sí tiene hueco. En el ataque compite con Mbappé, Vinicius, Rodrygo, Endrick y Brahim.
Aunque llegan noticias desde Turquía que dicen que Mourinho quiere a Güler cedido en el mercado de invierno para su Fenerbahce, lo cierto es que desde el entorno del jugador siguen afirmando que una salida no está en su hoja de ruta. La temporada pasada, teniéndolo más difícil aún, Güler supeditó su fichaje al hecho de formar parte de la primera plantilla por derecho propio. Nada de cesiones. Y este curso su posición es aún más firme. Todo, corriendo el riesgo de estancarse por la falta de oportunidades por su juventud. Endrick, que está en el mismo caso, no se ha cerrado en banda a buscar una salida en caso de que sienta que su carrera corra peligro de estancarse. Güler, en cambio, apuesta fuerte y no quiere oír hablar de esa posibilidad.
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