La posible llegada del central sigue latente mientras esté abierto el mercado, pero deben cumplirse ciertas condiciones para ver al defensa vestido de blanco.
En el vestuario del Real Madrid son todos los que están, pero quizás no están todos los que serán. La plantilla se da por cerrada, pero con una puerta abierta. La llegada de Aymeric Laporte (30 años) para reforzar la posición de central es el único movimiento que aún se contempla en Valdebebas. Una operación sujeta a muchas condiciones para que se dé esa llegada del central del Al Nassr.
La carta de libertad de Laporte
Ancelotti estaría encantado con la llegada del internacional español y en el club es una opción que también gusta. Pero en la planta noble del Bernabéu plantean una condición irrenunciable: para que venga, Laporte debe llegar con la carta de libertad. Una tarea que queda en manos del jugador y que se antoja, a priori, complicada. El central nacido en Agen fichó hace un año por el Al Nassr, que pagó al Manchester City 27 millones de euros por el defensa. Laporte firmó tres temporadas de contrato, le quedan dos. El dinero es el menor problema en el fútbol saudí, pero dejar marchar sin contraprestación a un futbolista por el que se realizó tal inversión está lejos de la definición de ser un buen negocio. Teniendo en cuenta su sueldo, si lo deja salir ahora, al Al Nassr le habría salido por más de 50 millones el año de Laporte allí.
El jugador debe rebajarse el sueldo
Laporte no sólo debe convencer a su actual club para que lo deje salir renunciando a ingresar un traspaso. El propio Laporte también tendrá que hacer un esfuerzo económico si quiere vestir la camiseta blanca. El zaguero firmó un contrato de tres años con un salario de 24 millones de euros netos en cada temporada. Unas cifras a las que el Madrid no puede ni acercarse, ni siquiera prorrateándolo con un contrato de mayor duración. Mantener la retribución que Laporte percibe en Arabia supondría reventar la escala salarial del club blanco por un futbolista lejos del estatus y el impacto mediático de los Mbappé, Vinicius o Bellingham.
Así, Laporte debe ‘perdonar’ un buen dinero si quiere jugar en el Bernabéu. Sería un sacrificio para un futbolista que ha reconocido no sentirse cómodo en el nuevo El Dorado del fútbol mundial. En pleno ‘boom’ del fútbol saudí, el ex del Athletic fue de los primeros futbolistas en manifestar públicamente su descontento con las carencias que el dinero oculta en la liga saudí. Lo hizo en una entrevista con AS el pasado mes de enero.
El tiempo corre a contrarreloj para el Madrid y Laporte. Este verano hay que estar atento a la fecha del cierre del mercado, que en España se adelanta al viernes 30 de agosto, en línea con las otras grandes ligas europeas. Quedan poco más de dos semanas para mover fichas. En cambio, los petrodólares de los equipos saudíes seguirán siendo una amenaza para los clubes del Viejo Continente hasta el 6 de octubre. El Al Nassr tendrá capacidad de reacción para encontrar un recambio sin finalmente libera a Laporte.
La recuperación de Alaba
Courtois y Militao se recuperaron en tiempo récord, pero no hay dos roturas de cruzado iguales y a Alaba, que tiene afectado el cartílago, le ha tocado la china. Con la misma suerte de sus compañeros, el defensa estaría ya trabajando con el resto. No es así. En el Madrid esperan volver a contar con el austriaco en noviembre, pero con prudencia y sin descartar que el alta aún se retrase algunas semanas. Hasta que vuelva, Ancelotti tendrá que apañárselas con Militao, Rüdiger, Vallejo, el recurso de retrasar de posición a Tchouameni y los canteranos. A la Supercopa de Europa en Varsovia, el entrenador se ha llevado a Jacobo Ramón, después de que la gran promesa de La Fábrica, Joan Martínez, se rompiese también el cruzado al regresar de la gira por Estados Unidos. De cómo evolucione Alaba en los próximos días dependerá que al Madrid le apremie forzar la máquina del ‘expediente Laporte’.
El factor Hierro
El Real Madrid y Laporte pueden encontrar un aliado en el organigrama del Al Nassr. Desde el pasado mes de junio, Fernando Hierro es el director deportivo del club saudí. Una baza que las partes pueden jugar para convencer a los dirigentes del Al Nassr de facilitar la salida de Laporte. Las relaciones entre Hierro y el Madrid se restablecieron después de la convulsa salida con la que puso fin a su etapa como jugador blanco en 2003. Incluso hay un factor personal: Hierro fue el segundo entrenador de Ancelotti en la temporada 2014-2015. Ahora puede firmar el pasaporte del jugador que necesita su otrora tutor para tener una defensa a prueba de sobresaltos.