El francés se reincorporó esta semana al trabajo en el Atlético llamado a ser el líder pero con la duda de cómo está su tobillo tras una mala Eurocopa. Ayer se cumplieron diez años de su llegada al club rojiblanco.
Tal día como ayer, un 31 de julio pero de hace diez años, Antoine Griezmann pisaba por primera vez el césped del Vicente Calderón, cuando era presentado por el Atlético como su gran fichaje para la temporada 2014-15. Un Atlético que venía de ganar la Liga con el Cholo, la primera, 18 años después del doblete, y que provocaba una diáspora: jugadores importantes como Filipe, Costa, Villa o Courtois abandonaban el equipo. El Cholo necesitaba un goleador, un referente. También llegaría en ese verano Mandzukic, pero si el francés arribaba en el equipo rojiblanco como un futbolista importante, así lo había sido en la Real Sociedad, su club de origen, con Simeone se convirtió en estrella, en uno de los mejores futbolistas del mundo, de los que miran a la mesa en la que solo se sientan los elegidos. Diez años después es el máximo goleador de la historia rojiblanca, con 181 goles, ocho más que los 173 que hizo Luis Aragonés, hasta la temporada pasada quién coronaba ese ránking. Llamado a ser el gran líder otro año más el equipo, el futbolista que todo lo hace mejor, por quien pasa el juego rojiblanco, regresó esta semana al trabajo, pero su estado de forma es toda una incógnita.
Con 33 años que serán 34 en marzo de 2025, más que su edad, todos los ojos miran su tobillo, en qué estado se encontrará. Un tobillo que sufrió un esguince el 21 de febrero, en el partido de ida de octavos de final de la Champions ante el Inter, y que en principio se diagnosticó como “moderado” pero lo cierto es que, aunque Griezmann solo se perdió cuatro partidos en tres semanas de baja, su tobillo le lastró el final de temporada. Cada partido lo terminaba con un bolsón de hielo enorme sobre la articulación. Fueron 12 partidos hasta el final de temporada y jugó completos solo siete (cuatro de nueve en la Liga, tres de tres en la Champions). Apagado, además de mostrar signos claros de agotamiento, fue el jugador diferencial que es y había sido en el inicio de la temporada y eso que en el Atlético, lo escrito, es la pieza que todo engrana, por la que todo pasa. Pero en la Eurocopa no fue mejor.
Fundido
El torneo de Alemania 2024 es el primero en una década, excepto en la Eurocopa de 2021, en el que Griezmann no fue el mejor futbolista de todos los que participaban. Pichichi en la Eurocopa de 2016, con seis goles, deslumbró todo el torneo, llevando a Francia a una final que perdió frente a Portugal, en el Mundial de 2018 fue el mejor en el juego para hacer de Les Bleus el equipo campeón y en el de Qatar 2022, ibidem hasta la final ante Argentina. Pero en Alemania, ese tobillo, ese cansancio, hicieron mella hasta tal punto que Grizi terminó hasta perdiendo el sitio, suplente en la semifinal ante España y señalado en su país. Diez años hacía que no era suplente en un partido de eliminatorias con Francia, desde el Mundial de Alemania en 2014. Veinte días después ha regresado al Atlético. El plan es que siga una pretemporada particular hasta que alcance el estado de forma de los compañeros que llevan ya tres semanas trabajando y se pueda reincorporar al grupo.
Si era necesario que tomara unas vacaciones, parar, respirar, recuperar resuello, su novena temporada en el Atlético está condicionada por dos factores. Uno es la edad, el francés es un portento físico, de esos futbolistas que nunca se lesionan muscularmente (en todos sus años como rojiblanco solo ha sufrido dos largas: la primera tras una entrada de Carvajal en un derbi de Liga en la 21-22 y la segunda, la del esguince de la temporada pasada, y ya), pero no puede jugarlo todo y eso es algo que Simeone, que lo quiere siempre en el campo, debe entender. El otro, su posición en el campo. Porque Griezmann ya no ejerce de delantero sino que juega cada vez más retrasado, organizador, de 8 o de interior zurdo. Los goles en el Atlético penden en gran medida de él (24 hizo la 23-24, 18 dio a sus compañeros la anterior). Y eso sí que no es una incógnita, eso siempre ha sido así, pero, para ello, el Cholo y el Atleti necesitan que de este verano vuelva el mejor Griezmann.
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