El turco marca y da los tres puntos al Madrid. En lo que queda de Liga será clave y tendrá las oportunidades que tanto esperaba. Seguirá siendo su hora.
Y de repente, Arda Güler. Cuando el madridismo miraba hacia Múnich, el de Altindag fue un oasis en San Sebastián. Y aglutinó los focos. Todos. En sus primeros 31 minutos de Liga ya había logrado enjaular un tanto, al Celta. En el 29′ en Anoeta ya había desenfundado. Tchouameni trazó una estupenda diagonal, Carvajal la bajó, cruzó el balón raso y allí estaba Arda para colar el esférico entre las piernas de Remiro. Con la calma que auspicia el talento. Ancelotti no regateó elogios: “Tiene un don. ¡Hablamos de un chico que lleva más goles que minutos jugados!”. Una hipérbole que no lo es tanto. Antecedida por el carpetazo a cualquier runrún: “Va a ser muy importante en el futuro y no hay duda de que se quedará aquí el próximo año”. Punto final.
La varita de Arda fue la que más chisporroteó en San Sebastián. No en exceso, porque la noche (y no sólo por la climatología) no invitaba a ellos. Un partido de entreguerras. Entre la del Clásico y la de Múnich. El duelo de la unidad B, donde Güler dejó claro que más pronto que tarde quiere pertenecer a la A. No hubo demasiada asociación, pero el turco mejoró jugadas, dejó destellos. Más allá del gol, se despidió de Anoeta con un sombrero en el centro del campo. Y mostró que en su mente siempre está la portería rival. Regateó (dos) y chutó (tres) más que nadie en el equipo blanco. Junto al único tanto del partido fueron los honores para su primer MVP con el Madrid. Con modestia, se acordó de los demás en zona mixta: “Lo primero, felicitar a mis compañeros y agradecer al entrenador la oportunidad”. Vendrán más. Con la Liga en el zurrón, las cinco jornadas restantes, porque la Champions es otro cantar, serán Territorio Güler.
Momento de seguir mostrando eso que tanto ensalzó Ancelotti en las entrañas del Reale Arena. Sus intangibles y el trabajo sin balón: “Es un ‘límite’ que tiene, porque todos sabemos que posee una calidad extraordinaria, mucho talento. Ahí debe mejorar y está haciéndolo. Lleva mucho trabajando de manera especular. Y, sí, podría haber jugado antes, porque entrenar ha entrando muy bien, pero es muy joven y llegará el protagonismo”. Desde su debut ante la Arandina no tenía tanto. Tras aquellos 59 minutos del estreno, su nuevo techo son los 68′ ante la Real. En total ya son 166′, con seis ratitos más. Tiempo suficiente para haber mostrado que su idilio con la meta contraria no es baladí. Ocho disparos: dos tantos, dos palos (Aranda y Osasuna, este desde el centro del campo), dos fuera y dos bloqueados. Cada 49,5 minutos, gol. Muestra ínfima, anecdótica aún, pero la mejor receta para que el termómetro del hype no baje de las nubes.
“Paciencia” y sin plan de salida
No ha sido una temporada sencilla. Lesión tras lesión, el debut se dilató hasta enero. Primero fue el menisco interno de la rodilla derecha, en plena pretemporada cuando era la atracción de Estados Unidos; después el músculo recto anterior izquierdo y por último, rotura en el cuádriceps derecho. Tres reveses que trastabillaron una preparación física crucial en un futbolista con talento de estrella pero cuerpo todavía aniñado. Sus progresos son notables. Lo dice la báscula (llegó del Fenerbahçe con 62 kilos y ahora ronda los 70), también las sensaciones y los informes internos. Visualmente más formado, en el club blanco siguen la misma premisa marcada previamente con Rodrygo. Esto es, potenciar muscularmente sin que ello afecte al virtuosismo. “Estoy trabajando mucho, también mentalmente. Esperando con paciencia. Mejorando y trabajando”, reconoció entre bambalinas.
Por momentos, la sombra de la cesión ha flotado en el ambiente. Pero la sentencia de Ancelotti es clara: se queda. Es el deseo del técnico y también del futbolista. Lo fue tras aterrizar en verano y lo sigue siendo. Como bien informó AS el 15 de abril, no hay plan de salida para Güler. Ni el talento de Altindag ni su entorno se plantean nada que no sea el club blanco en la 2024-25. Tampoco Carletto, como bien verbalizó en Anoeta. Las tentativas ya van apareciendo (Sevilla y Betis, sin ir más lejos, ponen ojitos a Arda) y lo seguirán haciendo. No obstante, en estos momentos, la situación invita al inmovilismo. A crecer en casa y no en un Erasmus. Así está la situación de un Güler que pasa de curso en el Madrid.
Después de que ayer jugara por primera vez como titular en LaLiga y lograse el gol de la victoria, Güler publico en Instagram unas fotos en las que se puede leer en el texto que las acompañan: “Con tiempo todo se consigue”, acompañado también con un corazón blanco. El turco no ha dejado de trabajar durante esta temporada para tener una oportunidad y demostrar que puede triunfar en el Madrid. En esa publicación, jugadores como Rüdiger o Rodrygo le han puesto un emoticono de un diamante, Tchouameni unos sombreros de mago y otros como Modric, Joselu, Fran García, Courtois, Bellingham, Vinicius, Lucas Vázquez, Kepa y Alaba, también le han querido felicitar.
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