El italiano cree que el octocampeón volverá a ser competitivo con Ducati y reconoce que los pilotos de la Academia “tendrán que estar en forma” para batirle.
Se ha vuelto casi una tradición que Valentino Rossi (desde su retirada en 2021)haga acto de presencia en el último gran premio de la temporada para MotoGP. Puede tener mucha culpa de ello un Bagnaia que tanto en el 2022 como en este curso, llegaba a la última cita del calendario jugándose un Mundial que el pasado domingo cayó por segunda vez consecutiva a su favor. El italiano se convertía en bicampeón ante los ojos de la leyenda que le acogió en su Academia y que, al manillar de una Ducati que ahora arrasa en la categoría, vivió sus dos peores temporadas en la máxima cilindrada.
El Doctor sufrió entre 2011 y 2012 las debilidades de un patito feo que acabó convertido en cisne tan sólo tres años después de una salida precipitada por la edad: “En 2015, en Ducati ya estaban listos para ganar. La verdad es que yo tenía prisa por volver a los éxitos y ya era mayor. De hecho, luego volví a ganar con Yamaha”. Rossi explicaba en Sky Sports una marcha respaldada por la falta de resultados, que reflejaba una situación completamente opuesta a la que atraviesan los de Bolonia en la actualidad, hasta el punto de que Márquez haya hecho el camino del italiano a la inversa. El español, a sus 30 años, cambia Honda y pone rumbo a Borgo Panigale con la intención de volver a sentirse competitivo.
La expectativa en torno a lo que hará el piloto más dominante de la categoría reina en la última década con la moto más competitiva del último lustro, es enorme. Y a pesar de todas las diferencias que separan a Valentino de Márquez desde Malasia 2015, el italiano no cuestiona el potencial de Marc: “Su llegada será muy interesante de ver, así de la manera en la que lo gestionará Ducati. Marc será muy peligroso y nuestros chicos (los de la Academia) tendrán que estar en forma”. Sin ni siquiera haberle visto todavía al manillar de la Desmosedici, Rossi considera al octocampeón una amenaza para el resto de pilotos que tiene Ducati en sus filas. Sobre todo, porque esperan “que haya poca diferencia entre la GP23 y la GP24”. Y eso, debería beneficiar a un piloto que siempre ha destacado por marcar la diferencia.
AS