Cancelo y Félix han aportado creatividad, pero también más desequilibrio defensivo. El punta lleva once partidos sin marcar. El lateral da nuevos registros en ataque pero genera caos.
De los primeros meses de los Joãos en el Barça, sale una foto confusa. Por momentos, se ha impuesto el talento individual de ambos, que han ofrecido nuevos registros creativos al equipo de Xavi (tres goles y cuatro asistencias João Félix; dos goles y una asistencia Cancelo,) y han dejado momentos realmente brillantes, especialmente en sus primeros semanas, en los partidos contra Betis y Amberes. Sin embargo, los portugueses también dejan sombras. La alineación de ambos ha obligado a cambiar ciertos automatismos que habían funcionado bien en el Barça la temporada pasada.
Cancelo es uno de los laterales más ofensivos de Europa. Puede jugar por los dos perfiles, aparecer por cualquier lugar del campo, ser profundo o ‘disfrazarse’ de centrocampista para jugar en zonas más interiores. Pero también es un futbolista algo caótico (16,3 pérdidas de media por partido en la Liga y 13 en la Champions). Eso desequilibra a un equipo que, en principio, ya tenía a un lateral muy profundo como Balde. Xavi ha detectado ese posible problema y en los últimos partidos ha recurrido a Araújo como lateral. El escenario puede perjudicar a Balde, que ya fue suplente el día del Alavés para que Cancelo pase a la izquierda en un sitio que también conoce bien de su etapa en el Manchester City.
La presencia de João Félix también ha afectado a Balde, porque no puede ser tan profundo como la temporada pasada, cuando el Barça se cuadró con los cuatro centrocampistas (Busquets-De Jong-Pedri-Gavi). Es una incógnita saber qué hará Xavi ahora que recupera al canario y al centrocampista holandés. Aunque el técnico mantenga que el Barça juega siempre de la misma manera, los jugadores determinan los perfiles de los equipos y habrá que ver si, en los partidos importantes, Xavi apuesta por el cuarto centrocampista o el tercer delantero.
El asunto colea desde el verano. Xavi estaba contra del fichaje de João Félix; y así lo deslizó internamente de todas las formas posibles. Finalmente, y como se trataba de un empeño de Deco y Joan Laporta, buenos amigos de Jorge Mendes, el portugués aterrizó. El director deportivo consideraba que João Félix añadía un punto de creatividad y talento que el mismo Xavi había echado de menos el año anterior. De momento, João Félix ha ido de más a menos y en los últimos partidos se ha metido en algunas batallas menores que han recordado a su etapa en el Atlético.
El caso de Cancelo es distinto. El portugués, cedido por el Manchester City, es una petición personal del entrenador, que ya lo quiso incorporar en el pasado mercado de invierno sin éxito. Eso sí, tiene fama de conflictivo si no es titular indiscutible. Desde que debutó en Pamplona, ha jugado las nueve siguientes jornadas y de los 810 minutos posibles sólo se ha perdido 34. Es un jugador con unas cualidades innegables y está en el plan de futuro del club de manera mucho más prioritaria que su compatriota, pero con tendencia a perder muchos balones y cuya anarquía hiere el famoso juego de posición que quiere Xavi. El técnico azulgrana tendrá que equilibrar la balanza de lo que dan y quitan los Joãos. Unos días solución, pero también problema en el Barça 2023-24.
AS