El equipo rojiblanco ha batido el récord de mejor inicio liguero en el fútbol profesional y semiprofesional. El director deportivo del club, Aarón Riesco, atiende a AS. “Es un dato anecdótico”.
El fútbol modesto, ese que se debate continuamente entre la vida y la muerte, pero que siempre resucita, guarda historias para el recuerdo. Menos reconocido, más humano. “Con más ilusión que monedas en los bolsillos” que diría Natos y Waor. Como si de una especie en peligro de extinción constante se tratase, el fútbol humilde, el del barro, custodia un sentido de pertenencia que lo hace único, mágico. Porque es el de la tierra, el de las raíces y el de casa al fin y al cabo. Y, ademas, cuenta con récords que se convierten en históricos. La última hazaña, desde Castilla y León. Concretamente, en Zamora. Sin buscarlo, sin quererlo, el club rojiblanco que milita en el grupo I de la Segunda RFEF ya ha grabado su nombre en las páginas doradas del fútbol español.
Su hito, cuajar el mejor arranque liguero jamás visto en categorías nacionales profesionales y semiprofesionales. Pleno de victorias y un bagaje de cero goles en contra en las seis primeras fechas de campeonato que han colocado al Zamora líder en solitario y ha elevado el nombre de la ciudad a lo más alto. Uno de sus principales artífices, Aarón Riesco, el director deportivo de la entidad que, a pesar de su apretada agenda, ha atendido a AS para hablar de dicha proeza. “Es un inicio soñado y diría que hasta no contábamos con él. A nivel de dato resulta hasta anecdótico. Es una registro que habla muy bien de un gran trabajo de todas las áreas del club y que se le dará más importancia al final de temporada cuando comprobemos si ha sido relevante para nuestro objetivo final”.
Con una ilusión recatada, Riesco se muestra prudente, con los pies en el suelo y sin lanzar campanas al vuelo sabedor de la dificultad de la categoría. “El mensaje del club a nivel interno es que no nos podemos desviar del camino. Tenemos que seguir con calma y tranquilidad bajo nuestro lema de ‘trabajo, trabajo y más trabajo’. Es un inicio potente sí, aunque no le estamos dando demasiada importancia”. Pero no todo ha sido de color de rosas. A sus 33 años, Aarón asumió el cargo este mismo verano tras la marcha de César Villafañe y después de cinco cursos en el club como director de la cantera. Ahí, se encontró una situación más que comprometida, repleta de interrogantes y al borde del abismo. “Cuando llegué a finales de junio había mucha incertidumbre de si el club iba a poder salir adelante por un tema de ayudas. Estábamos enstand by. Finalmente, el presidente me confirmó a inicios de julio que iba a ser el director deportivo por lo que es un proyecto nuevo, sin tantos recursos económicos que años atrás y en pleno proceso de reestructuración a todos los niveles”. Ejemplo de superación, cuestión de supervivencia.
Y entre tantas incógnitas, un objetivo por encima de todos para este nuevo ejercicio. No deportivo, sino de sentido de pertenencia. El de recuperar el motor y alma de un club, su gente. “Para mí lo más importante este año era devolver ese sentimiento a nuestra afición que se había perdido. Qué ellos se vieran reflejados en el equipo e identificados con lo que ocurre en el verde. Hacía mucho que no sentía esa unión entre la ciudad y el equipo. La gente está metida y, aunque sea pronto, creo que poco a poco lo estamos consiguiendo”. Con el fin lejos del césped camino de hacerse realidad, el inicio arrollador en liga invita al optimismo, a un objetivo deportivo que a Riesco le da hasta vértigo pronunciar. “¿Ascenso? De momento, no. David (entrenador) habla de formar un equipo de alto rendimiento y yo de unirnos con la afición. Si esas dos claves se dan, en dos o tres meses si podemos tener un fin fijo”.
El Zamora gobierna con puño de hierro el grupo I de la Segunda RFEF, con una plantilla renovada a la que David Movilla regresó al Ruta este mismo verano para hacerse cargo. La presencia del técnico vasco en el banquillo, como un ángel caído del cielo. Si en la primera etapa, Movilla llevó al club al playoff de ascenso a Segunda en 2021 y estableció un nuevo registro histórico para el club encadenando 26 encuentros consecutivos sin perder, su vuelta ahora ha vuelto a superar cualquier tipo de expectativa. “David conoce Zamora mejor que nadie y sabía de sobra lo que la ciudad y el club requería. Cuando hablamos de incorporar un nuevo entrenador, aparte de sus dotes futbolísticas, tenía ese plus sentimental. Esa duda sobre la adaptación al equipo con él era nula”, asegura un Riesco que confiesa tener una conexión especial con él.
“Nos conocemos de la etapa anterior y nuestras formas de trabajo van en la misma línea. A la hora de confeccionar la plantilla conocía al dedillo lo que se buscaba a nivel de club. Queríamos perfiles de jugadores con calidad futbolística pero sin obviar el lado humano. Es una figura muy importante para nosotros y es muy querido por parte de la afición”. Un Ruta de la Plata exigente, con memoria y al que Fermín Sobrón ha sabido como ganarse su perdón. El guardameta riojano se convirtió en la pesadilla del feudo rojiblanco en 2019, pues una exhibición memorable bajo palos con la camiseta del Haro privó al Zamora del ascenso directo a Segunda B. Ahora, el de Nájera es ya un ídolo allí y su nombre forma ya parte de la historia del club con el récord histórico de seis encuentros mateniendo la portería a cero. “Lo está viviendo con total naturalidad. Es una excelente persona. Él dice que es cosa del equipo, del primero al último y no creo que sienta ese peso de decir ‘vaya marca estamos logrando’”, revela Riesco sobre Fermín.
Otras de las piezas capitales del éxito zamorano es Carlos Ramos. El mediocentro que debutó de la mano del Cholo Simeone con el Atlético en 2013 ha regresado por tercera vez al Ruta de la Plata. Un capitán dentro y fuera del campo que con su liderazgo está guiando al Zamora y sobre el que el director deportivo sólo tiene elogios y palabras de agradecimiento. “Es un líder y su importancia es enorme. Es una figura clave para nosotros y como le digo a él creo que no va a rendir en ningún sitio como en casa. Conoce los valores del club, ha sabido adaptarse a las mil maravillas y, a parte de un jugadorazo, es una persona fundamental tanto en lo futbolístico como a nivel de vestuario”. Así, el Zamora buscará agrandar su proeza, aunque no será tarea sencilla, pues en el horizonte ya divisa dos huesos de la categoría como son Pontevedra y Deportivo Fabril en las próximas fechas de competición. Aunque sea como fuera, los rojiblancos ya son historia de nuestro país.
AS