Vélez Sarsfield superó a Atlético Tucumán 3-1, en el estadio José Amalfitani, por la octava fecha de la Zona A de la Copa de la Liga Profesional. Con este triunfo, El Fortín salió de puesto de descenso -que ocupaba antes de comenzar el partido- y aunque sigue complicado escaló un poco en la tabla anual y tomó oxígeno.
El inicio del equipo del Gallego Méndez fue demoledor. En los primeros 16 minutos, derrochando actitud y también efectividad, anotó sus tres goles. Suficiente, más allá de una laguna en el segundo tiempo, para liquidar el partido temprano con ese arranque rápido y furioso.
Un dato: a Tomás Marchiori, eficiente arquero del equipo tucumano, le había metido sólo tres goles en las siete fechas anteriores.
La explosión de felicidad en Liniers, nuevamente con una alta concurrencia de hinchas, arrancó a los 7 minutos cuando Claudio Aquino sacó un lateral, desde la izquierda, y lo mandó adentro del área. Cabeceó José Florentín y Joaquín García se zambulló en palomita en el área chica para poner el 1 a 0.
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Un Vélez vigoroso de carácter lanzó su segundo gran festejo con un golazo de Santiago Castro, que recuperó una pelota, avanzó unos metros y metió un espléndido derechazo desde afuera del área, a los 11 minutos. El juvenil delantero fue la figura del partido hasta que salió por una molestia a los 9 minutos del período final.
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Estaba en llamas Vélez y extendió su estado de gracia a los 17 minutos, con un tiro libre ejecutado por Claudio Aquino y cabeceado al gol por el paraguayo José Florentín, uno de los destacados de El Fortín.
De a poco Atlético Tucumán fue reaccionado del tremendo impacto inicial y empezó a manejar la pelota con seguridad y criterio. Tocaba en la zona central, tenía en Mateo Coronel a su principal referente, pero no tenía peso ofensivo. Vélez empezó a mostrar algunas filtraciones en su zona defensiva, sin embargo Atlético Tucumán no las aprovechaba.
Ese manejo atildado y prolijo de Atlético Tucumán se intensificó en el segundo tiempo y le permitió hegemonizar la zona central. Los jugadores de Vélez, como tantas veces en este torneo, volvieron a ser un manojo de nervios. La incómoda situación en la tabla volvió a dominar las mentes, a pesar que la diferencia en el resultado era amplia y prácticamente terminante.
Atlético Tucumán desparramaba buen manejo, pero seguía sin ser contundente arriba. Hasta que un golazo, por elaboración y definición, le posibilitó descontar a los 15 minutos. Ramiro Castro, con una lujosa asistencia, y Mateo Coronel, con un remate igual de lujoso, le dieron una mínima ilusión e incrementaron el nerviosismo local.
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Pudo haber cambiado la historia -o al menos la angustia- si Gastón Chila Gómez no protagonizaba una espectacular atajada ante un remate cercano del ingresado Julián Carrasco, a los 36 minutos. Esa tapada del arquero de Vélez fue fundamental y el impacto que faltaba para certificar una victoria muy celebrada, en una temporada con más decepciones que alegrías, en el Amalfitani.
Huracán, Gimnasia y Esgrima y Colón tienen 38 puntos y están por encima del casi condenado Arsenal (29), también último en la tabla de promedios. Vélez alcanzó los 40 puntos, igual que Tigre y Sarmiento y aunque mantiene la incomodidad logró tomar aire y respirar.
Una gran