Manchester City se impuso en el desempate por penales 5-4 a Sevilla, tras igualar 1-1 en los 90 minutos, en el estadio Georgios Karaiskakis de Grecia, y se coronó campeón de la Supercopa de Europa, extendiendo su paso arrollador.
No fue una gran actuación del equipo de Pep Guardiola, pero le alcanzó para levantar, con autoridad, un nuevo trofeo. El conjunto español se puso en ventaja con un golazo producto de un centro perfecto de Marcos Acuña y un frentazo aún cargado de mayor perfección del marroquí Youssef En Nesyri, a los 24 minutos del primer tiempo.
Recién en el segundo tiempo, Manchester City se despertó y tuvo un lapso de absoluto dominio. Lo tuvo groggy a Sevilla, pero no consiguió aplicarle el golpe de knock out. Bono y su seguridad le negaron un par de chances muy claras.
Pero le alcanzó al campeón de la Champions League con un cabezazo del juvenil Cole Palmer, a los 17 minutos, para igualar.
Y mientras Bono seguía sosteniendo al campeón de la Europa League, se arribó al final del tiempo reglamentario y a la resolución por penales.
En Manchester City, Julián Álvarez ingresó en el tramo final (a los 40 minutos, en reemplazo de Palmer) mientras que Máximo Perrone permaneció en el banco. En Sevilla fueron titulares Marcos Acuña (en su despedida del club andaluz, ya que continuará en Aston Villa de Inglaterra), Lucas Ocampos y Erik Lamela e ingresó Gonzalo Montiel; sin acción se quedaron Alejandro Papu Gómez y Federico Gattoni.
En la definición por penales venían con ejecución perfecta, ya que acabaron en gol los primeros nueve disparos: Erling Haaland, Lucas Ocampos, Julián Álvarez, Rafa Mir, Mateo Kovacic, Iván Rakitic, Jack Grealish, Gonzalo Montiel y Kyle Walter. Nemanja Gudelj estrelló el último tiro de la tanda en el travesaño y así festejó el equipo inglés.