El triplete con el City, la Nations con España y los dos MVP (Champions y Liga de Naciones) le convierten en favorito a Jugador de Año de la UEFA y en candidato a ser el segundo Balón de Oro español.
Nacido el 22 de junio de 1996, Rodrigo creerá este jueves que está en un sueño cuando apague las velas. En un viaje maravilloso, el centrocampista madrileño ya siempre podrá decir que, después de una temporada increíble en la que jugó 65 partidos y 5.276 minutos y en la que acabó desfondado, con las medias bajadas, sobre el césped de De Kuip, ganó un triplete con el Manchester City al que le puso la guinda con la Nations League. La cosa no ha quedado ahí. Rodri marcó el gol decisivo en la final de Estambulcontra el Inter y recibió el MVP de ese partido y de la Champions, en la que ha estado a un nivel excepcional. Y marcó en la tanda de penaltis de la final de la Nationscontra Croacia y fue elegido también MVP del torneo.
Rodrigo ya se puede ir comprando un traje porque, salvo sorpresa, será elegido Jugador del Año de la UEFA. Será el segundo español, después de Andrés Iniesta en 2012, que lo conquista. La cosa no se queda ahí. El año triunfal de sus equipos, y su crecimiento individual, con actuaciones decisivas contra clubes y selecciones de la talla de Bayern, Madrid, Inter, Italia o Croacia, le convierten en uno de los grandes favoritos para el Balón de Oro. Messi, con siete, también entrará en la carrera después de haberse llevado el Mundial, pero la mala temporada del PSG en la Champions le penaliza y su marcha al Inter Miami tal vez lo saque del foco. Rodrigo también puede tener algunos rivales en su propio equipo: Haaland ha hecho una temporada descomunal.
El fútbol español no gana un Balón de Oro desde 1960, cuando se lo llevó Luis Suárez quien, además, fue segundo otras dos veces y tercero en una ocasión. Amancio fue tercero en 1964 y Butragueño también tocó el podio en 1986 y 1987. Raúl fue segundo en 2001 en pelea con Owen. Torres fue tercero en 2008. Xavi, tercero en 2009, 2010 y 2011; e Iniesta, segundo en 2010 y tercero en 2012. Ahora, de manera casi insospechada, puede ser el momento de Rodri. “Sería tremendo, increíble”, admitía el centrocampista el pasado sábado. Por entonces, todavía no había tocado la gloria también en la Nations. Y eso le ayuda un poco más en la carrera por el más prestigioso de los torneos individuales que da el fútbol.
La figura gigante de Rodri se ha ido cociendo a fuego lento. Criado en la academia del Atlético de Madrid, donde estuvo cinco años, decidió marcharse al Villarreal cuando era juvenil. Allí se hizo jugador de élite y saltó al Atlético de Madrid. Jugador inteligente, con un sentido posicional privilegiado, Rodri necesitaba mejorar algo la velocidad de acción y lo ha hecho con el paso de los años. Perfeccionista, ha tenido además una Santísima Trinidad de entrenadores en Simeone, Luis Enrique y Guardiola. Finalmente, ha terminado de dar el salto. De metrónomo referente y jugador seguro, a estrella de condición mundial. Rodrigo es el nuevo líder de la Selección y eso son palabras mayores. Y si no está entre los tres líderes del increíble City, le falta muy poco. El viaje de Rodri ha sido increíble.
AS