Vélez Sarsfield y Platense igualaron 1-1, en el estadio José Amalfitani, por la séptima fecha del campeonato de la Liga Profesional. El Fortín pasó de la fiesta por el regreso de Ricardo Gareca a la dirección técnica y en un buen primer tiempo ganaba con gol de Abiel Osorio, pero en el segundo decayó notoriamente y el gol de Nicolás Castro le permitió al Calamar alcanzar el empate.
Ovación para el Tigre Gareca, su apellido formado en la Platea Sur con un planificado mosaico de cartulinas y un arranque del equipo que justificó tanta emoción de los hinchas de Vélez. Y a los 3 minutos un centro de Walter Bou (fue titular por una lesión de Lucas Janson en el precalentamiento) y definición de Lucas Pratto se asoció con tanta fiesta; pero, como sucedería con el partido, pasó de la emoción a la decepción porque Darío Herrera, a instancias del juez asistente, lo anuló.
Tras una larga consulta con el VAR se determinó una ínfima posición adelantada de Bou. De esos offsides por el canto de una uña, las hormigas que caza el VAR en vez de ocuparse de los elefantes… No se preocupó Vélez y siguió con su juego vertical, tocando de primera, desbordando por las bandas y teniendo otra gran actuación de Osorio, fuerte, frontal y desequilibrante.
Herrera y el VAR cometieron otro error, pocos minutos después, un planchazo de Valentín Gómez a Ronaldo Martínez fue castigado con tarjeta amarilla cuando la roja parecía la decisión más correcta.
Y fue Abiel Osorio, precisamente, quien desató el primer grito de gol, convalidado, del nuevo ciclo de Gareca; recibió una pelota sucia en el aire y con un cabezazo alto puso en 1 a 0, a los 41 minutos.
Seis minutos antes, Osorio había sido víctima de una falta de Sasha Marcich dentro del área, pero Herrera -en otra mala actuación- no lo consideró y tampoco varió de postura tras su comunicación con el VAR.
Más allá del buen funcionamiento y la mejoría con respecto a los partidos anteriores, Vélez mostraba una falencia: el doble cinco -Christian Ordoñez y José Florentin- se mostraba flojo y no imponía presencia. Y, como viene sucediendo, le faltó un generador de juego: Bou, en ese puesto, no levanta su nivel aunque tampoco tiene esa característica.
Esa falla se sumó a la levantada de Platense en el segundo tiempo y a la caída de todo Vélez. Estaba mereciendo el empate el ordenado y disciplinado equipo de Martín Palermo. Y lo consiguió, a los 16 minutos, con una jugada lucida que contó con una dosis de ligue en el momento final. Taco de Vicente Taborda, soberbio zurdazo de Nicolás Castro y un desvió en Lautaro Giannetti para establecer el justificado 1 a 1.
Platense juntando hombres, con Castro y Taborda controlando, aprovechando el ingreso del peligroso Ignacio Schor y enfriando el partido cuando Vélez intentaba presionar se aferró al empate. Y El Fortín, a pesar del desborde de los ingresados Lenny Lobato por izquierda y Gianluca Prestianni por izquierda, y el juego que le brindó el ingresado, tarde, Elías Cabrera, era impreciso y reiteraba viejas falencias.
Así la noche en el Amalfitani se cerró con un empate que no le gustó al local después de un comienzo lleno de optimismo e ilusión y un final con decepción y dudas.