Crisis deportiva e inestabilidad institucional. El administrador judicial está cuestionado por la afición. A Esteban Burgos le pueden caer dos partidos. El Málaga se desangra.
La caída a los infiernos del Málaga no es casualidad. De manera implacable el equipo blanquiazul se hunde hasta Primera RFEF con todos los ingredientes que explican semejante catástrofe. Planificación desastrosa, prepotencia, un director deportivo que dio las llaves a un entrenador que construyó una plantilla desequilibrada, otro entrenador que pasó del “saldremos adelante” al “trabajo con lo que tengo” y dejó en herencia a Lumor, un administrador judicial que empezó como implacable jefe de recursos humanos y ahora es más bombero que presidente, un alcalde que invirtió en el equipo de fútbol buscando beneficio parala ciudad y le ha salido rana… El Málaga se hunde.
Poner todas estas, y otras, desazones, en una coctelera traen como resultado la catástrofe de este Málaga que ha pasado de la UVIa paliativos. Francisco De la Torre, primer edil de la ciudad, ha peleado desde la Corporación para dotar al Málaga de los recursos suficientes para intentar ascender a Primera División. El resultado ha sido catastrófico. El alcalde ahora plantea que se debe repensar el actual modelo de administración judicial justo en un momento en que la afición señala a José María Muñoz como uno de los artífices del este colosal batacazo. Muñoz es administrador judicial desde el 20-2-2020 y su mandato ha sido prolongado seis meses más por la magistrada María Ángeles Ruiz. De la Torre dejó esta frase para la historia: “Mi consejo al Málaga es que se ponga en mejor forma física para aguantar todo el partido y ensayar más las jugadas para marcar goles”.
Contexto descorazonador en el que Kike Pérez va a asumir su nueva etapa como director general del equipo. En tres o cuatro días será presentado. Su misión será reorganizar el club, generar recursos, mantener relaciones con LaLiga, descargar de responsabilidades deportivas s José María Muñoz y traer un director deportivo en lugar de Manolo Gaspar para ir haciendo dos planificaciones de la próxima temporada, una para Primera RFEF y otra por si se produce el milagro de la permanencia.
La afición, crispada
La hinchada del Málaga está triste, enfadada y resignada. Está harta de estar harta porque lleva una década soportando desazones. Este viernes volvió a manifestar su enfado tras la derrota contra el Oviedo señalando al administrador judicial, pero, sobre todo, a los jugadores. Y es que el partido fue desesperante. Cero disparos a puerta ¡cero! Así es imposible.
Expulsión de Esteban Burgos
Y luego tenemos la irresponsabilidad de Esteban Burgos. El centra argentino está haciendo una temporada penosa. Tras el 0-1 de los ovetenses se fue a echar una filípica al asistente de De la Fuente Ramos por un fuera de banda… quedó retratado porque Enrich le superó con un taconazo. Tan absurda vehemencia le costó la expulsión y dejar a su equipo con diez jugadores.
Esto puso el acta. “En el minuto 60 el jugador (20) Burgos, Esteban Rodrigo fue expulsado por el siguiente motivo: Dirigirse a mi árbitro asistente número 1, en los siguientes términos de forma reiterada: “Eres muy malo, como eres tan malo, esto es una vergüenza”. Los dos partidos de sanción no se los quita nadie.
Jozabed
Es de agradecer que en momentos tan duros haya jugadores que acepten dar la dará tras una derrota. Rescatamos estas palabras de Jozabed. “El fútbol son resultados y hay que ser realistas. Llevamos tiempo con malos resultados y es una plaza exigente. Vivimos de los resultados, no se están dando y es normal que la afición muestre su descontento. Hay que tragar con todo y resetear la mente y empezar una semana de trabajo. Tenemos que salvarnos como sea”.
Reflexión de Ramalho
El vasco también se mostró sincero. “Estamos jodidos porque sabíamos que era un partido muy importante. Teníamos que conseguir los tres puntos, y es una oportunidad vital que se nos escapa. Tenemos que seguir trabajando, no podemos bajar los brazos. Estamos en una situación muy complicada y entendemos que la afición esté muy cabreada. No sé el problema dónde puede estar”.
Así están las cosas para un Málaga en demolición.