Vélez Sarsfield tuvo un estreno feliz en el campeonato de la Liga Profesional, derrotando a Gimnasia y Esgrima La Plata 3-1, en el estadio José Amalfitani y con un alta concurrencia de hinchas que se entusiasmaron con este arranque ganador.
Variaron, y bastante, los panoramas del campeonato pasado para ambos. Gimnasia perdió poderío y funcionamiento con las salidas del técnico Néstor Pipo Gorosito, que ensambló y dio identidad al equipo que clasificó a la Copa Sudamericana, y varios titulares de peso como Rodrigo Rey, Brahian Aleman, Oscar Piris, Ramón Sosa y Agustín Cardozo. Y no se reforzó.
Vélez no varió demasiado en nombres. Apenas una novedad en la formación que debutó en este certamen: Juan Ignacio Méndez, ocupando la vacante que dejó Máximo Perrone, pero sí cambió, y mucho, en actitud y en estado físico.
Con un juego vertical, decidido y letal en ofensiva, El Fortín impuso la diferencia de jerarquía. Ya lo anunció con apenas 30 segundos con un remate de Walter Bou despejado en la línea por el debutante Felipe Sánchez.
Un cabezazo de Lucas Janson, el goleador fortinero de la pasada temporada, tras un mal rechazo de la defensa de Gimnasia, abrió la cuenta a los 25 minutos.
Con salida clara y limpia, traslado rápido en el medio y la artillería pesada -Lucas Pratto, Lucas Janson y Lucas Janson- activa arriba, el equipo de Cacique Medina mantuvo el control ante un Gimnasia y Esgrima muy entusiasta y con algunas combinaciones de Tomás Muro y Eric Ramírez pero bastante limitado.
En tres minutos, desplegados en el amanecer del segundo tiempo, Walter Bou sentenció la victoria de Vélez. Un derechazo rasante, luego de dos pecados de juventud en los rechazos del arquero Tomás Durso y de Ignacio Miramón, Bou definió con un derechazo rasante, a los 9 minutos del segundo tiempo.
Y a los 12 minutos en una jugada que inició Lucas Pratto, con sus 34 años, ganándole a Felipe Sánchez, con sus 18 años, y continuó con una seguidilla increíble de salvadas y rebotes, incluido un disparo en el travesaño de José Florentín, llegó Bou -que le había dado el pase a Pratto- para meter el remate goleador.
Lo tenía bien controlado Vélez y la goleada reflejaba su superioridad. Pero de a poco fue cayendo en un llamativo desorden. Leonardo Burián se lució desviando un remate de Alan Sosa, otro pibe (19 años) del Lobo, dirigido a un ángulo, a los 20 minutos.
Y dos minutos después descontó el equipo de Sebastián Chirola Romero, con un toque corto de Guillermo Enrique, estirando una pierna para un toque corto en el área chica luego de un tiro de esquina.
El acortamiento del resultado estuvo bastante lejos de imaginar una hazaña de Gimnasia. Mucho fervor y voluntad, aunque sin margen para soñar siquiera con acceder al empate. Pero sí alcanzó para desnudar las imprecisiones y desconcierto de un Vélez que sumaba defensores y sacaba delanteros sin lograr equilibrio ni seguridad en el fondo.
De todos modos, el balance resultó positivo para un Vélez que dejó en claro que no le gustó nada vagar por los últimos puestos de la tabla de posiciones del anterior campeonato y que esta temporada pretender volar más alto.