Fue decisivo contra la Real, fue desequilibrante, y sus registros invitan al optimismo
El Barcelona se ha clasificado para la semifinal de la Copa de Rey. Si el conjunto culé está en el bombo de mañana y aguarda rival para la siguiente ronda, que ya será a doble partido, será, en gran medida, gracias a Ousmane Dembélé. El jugador francés fue el jugador más decisivo y protagonista del partido de anoche, con sus recortes, centros, carreras y con su gol. Xavi ha recuperado la mejor versión del internacional galo. Allez, allez Ousmane Dembélé acabó coreando el Camp Nou.
La banda derecha fue dominadora del juego ofensivo azulgrana en el choque contra la Real Sociedad. Era la zona en la que se movió Dembélé. El francés fue desequilibrante. Desbordó una y otra vez a sus rivales. Le dio igual que delante estuviera Diego Rico, que Ainhen Muñoz... fue un tormento para la zaga vasca. Animó a la grada, en una gélida noche en Barcelona, con sus carreras, sus recortes, sus desbordes, velocidad, centros y disparos a puerta. No dejó de buscar la portería de Remiro con insistencia, aunque también se mostró solidario en defensa y tapó su zona ante las subidas de Koundé, que fue, precisamente el que le dio la asistencia de gol en el minuto 52: el ex del Borussia de Dortmund le ganó la espalda a los defensas y salió en carrera para mandar un disparo cruzado con la derecha dentro de la red.
Con este tanto, el galo, que fue ovacionado cuando Xavi le cambió en el minuto 84, ya suma ocho esta temporada y ha dado siete asistencias. En 26 encuentros. Sus números invitan a pensar que el mejor Dembélé ha vuelto. La temporada pasada, firmó dos goles y ofreció 13 pases finales. En la 20-21, superó a los metas en once ocasiones y dio cinco asistencias. En la 19-20, sólo vio puerta una vez. Su mejor registro como culé data de la 18-19, su segundo curso en el Camp Nou: en 42 partidos rubricó 14 goles y dio ocho asistencias. En su primera campaña, marcó cuatro dianas y regaló nueve.