Abde aprovechó un error infantil del Sevilla en la primera parte de la prórroga para sellar el billete a semifinales
EI manido dicho futbolero de que quien perdona lo acaba pagando tuvo un nuevo ejemplo en la helada noche pamplonica. Osasuna no tuvo piedad y castigó dos errores infantiles del Sevilla para hacer los dos tantos que colocan a los de Arrasate en las semifinales de la Copa del Rey. Abde se erigió en el héroe de los navarros con el gol definitivo en la primera parte de la prórroga, aprovechando un regalo infantil del Sevilla en la salida de balón cuando mejor estaban los de Sampaoli, sobre todo, anímicamente.
Porque a la prórroga se llegó con un gol de En-Nesyri en la última jugada del tiempo reglamentario. Un golpe tremendo para un Sadar que ya celebraba el triunfo y la clasificación, puesto que Chimy Ávila había adelantado a los locales en el minuto 71. El primer gol de Osasuna llegó justo 60 segundos después de que Rafa Mir fallara inexplicablemente el 0-1. Y el empate sevillista se fraguó después de que Budimir tuviera la sentencia pero no acertara a batir a Bono. El portero marroquí, por cierto, dejó para el recuerdo una parada antológica a Chimy Ávila cuando el encuentro aún estaba empatado sin goles, pero su monumental mano quedará en el olvido porque lo único que cuenta es el resultado final. Y el marcador dictó que es Osasuna quien estará en el bombo del sorteo de las semifinales.
Contra todo pronóstico, al Sevilla no le pesó la presión de la grada local y estuvo bastante mejor que su rival en el primer acto. Pero la falta de pólvora de los de Sampaoli fue una merma que terminó pasando factura.
Osasuna fue entrando poco a poco en la eliminatoria, encontrando su espacio, sintiéndose cómodo y llevando el partido hacia donde quería. El Sevilla se revolvía a base de impulsos que nunca culminaban. Los porteros iban agigantándose con el paso de los minutos hasta que llegó una prórroga en la que se impuso quien se limitó a no equivocarse. Y fue Osasuna quien tuvo la contundencia que hace falta para poder presumir de ser semifinalista de la Copa.