El Ministerio de Seguridad de Córdoba prohibió la presencia de hinchas de Vélez Sarsfield en el estadio Mario Alberto Kempes para el partido de vuelta por los cuartos de final de la Copa Libertadores del miércoles próximo. En principio, el club cordobés autorizó la asistencia de 10.000 visitantes.
La marcha atrás se dio por la agresión de barras de Velez a un grupo de hinchas de Talleres, anoche en la Platea Sur del estadio José Amalfitani. Aunque hubo «infiltrados» de Talleres en distintos sectores del estadio, todo venía tranquilo.
Hasta en el arranque del segundo tiempo, un grupo de hinchas cordobeses ubicados en la Platea Sur Alta no pudieron mantener el silencio y empezaron a cantar y a agitar una bandera. Barras bravas de Vélez no lo soportaron y fueron en su búsqueda, bajando de su tribuna y subiendo a la platea alta. Durante varios minutos abundaron los golpes, las piñas, las patadas. Salvajes, por momentos. Los empleados de seguridad privada no intervinieron para nada, simplemente miraron la feroz pelea. La policía tampoco intervino.
Ante esos incidentes y las amenazas de venganza para el partido del miércoles, el organismo de seguridad decidió cancelar la presencia de hinchas de Vélez. Ya se habían vendido muchas entradas y pasajes.
Desde el comienzo hubo una falla de la dirigencia de Vélez que no autorizó hinchas visitantes. Cediéndoles un sector, como reclamó hasta último momento la conducción de Talleres, se hubiese evitado el problema.
Además de quedarse sin el aliento de sus hinchas en Córdoba, Vélez deberá pagar una fuerte multa a la Conmebol. Y también podría sufrir la clausura, parcial o total, para su próximo partido de local por la Copa Libertadores.