Matías De Cicco le dio rock and roll y lo hizo fuerte mentalmente a Ituzaingó, logrando el ascenso a Primera B. El entrenador, que también es psiquiatra y experto en rock, asumió esta temporada, tras su paso por Lugano, San Miguel y Excursionistas, en Ituzaingó para aclimatarse en el Apertura (salió séptimo), consolidarse en el Clausura (segundo) y dar el golpe en el Reducido por el segundo ascenso.
Tras perder ante Argentino de Merlo 2-0 en la final de ida, la vuelta favoreció a Ituzaingó también 2-0, con goles agónicos, y los penales definieron el festejo del León. Sobre este último partido, De Cicco le asegura a IAM Noticias: “Fue tremendo. Destaco que el equipo siempre mantuvo la cabeza fría, sin entrar en la desesperación, ni tirar pelotazos, sino que siguió el plan establecido”.
“El primer gol llegó a los 36 minutos del segundo tiempo y a partir de ahí surgió un fuerte empujón anímico para seguir intentando. No claudicaron nunca. El segundo gol en el minuto 48 terminó de convertir en épica esa noche. Sabíamos que en los penales no se podía escapar. Si lo hubiese imaginado antes, seguro que no hubiera sido así. Fue muy sufrida, pero muy festejada”, agrega.
El resultado del primer partido ante Argentino de Merlo hizo especial la semana previa a la revancha. Cuenta De Cicco que “trabajamos para levantarnos lo más rápido posible. Remontar esos dos goles era difícil pero no imposible. Se trabajó en lo anímico y en lo táctico. Apuntamos a la circulación, la intensidad para generar ataques por las bandas, a generar variantes en el último de la cancha. Apuntamos más a atacar que a defender, aunque sabiendo que debíamos cuidar por el contraataque del rival”.
El técnico reconoció que “en el partido salió a la luz el trabajo de todo el año, lo que fuimos pregonando partido a partido. Remarcando no entrar en la desesperación, la experiencia de los jugadores más grandes sirvió para sostener ese recurso y hacer nuestro juego”.
De Cicco señala la mayor virtud de su Ituzaingó: “el grupo que logramos conformar, que asimiló nuestra metodología e ideas rápidamente. Un plantel muy unido y con jugadores muy comprometidos”.
Como experto en música, De Cicco se animó a asociar este ascenso de Ituzaingó con un tema rockero: “Podrían ser varios, pero me quedo con Another brick in the wall, Otro ladrillo en la pared, de Pink Floyd. Lo resume a la perfección: fue una construcción”.
Desde sus primeros pasos como técnico, tras el impulso que le dio Marcelo Bielsa, en Lugano hace cuatro años en el campeonato de Primera D, considera que “crecí en muchos aspectos y gané muchas experiencia. Después de haber trabajado con varios planteles, tengo otra posibilidad de entender a los jugadores. Fui incorporando conocimientos y perfeccionándolos con el tiempo. El armado del cuerpo técnico que tengo hoy me llevo tiempo y rodaje. Fui haciendo un trabajo multidisciplinario y afirmar una idea de juego. Pasaron errores y correcciones para seguir tratando de perfeccionarnos”.
Agrega: “En estos últimos tiempos sumamos el aspecto tecnológico, con análisis de video y plataformas que nos ayudaron a profesionalizarnos. Me encuentro más maduro y más seguro por lo recorrido”.
La psiquiatría, igual que el programa rockero de radio, quedaron postergados por su dedicación plena al fútbol. Aunque De Cicco aclara que “mi otra profesión siempre está presente. Leyendo, escribiendo, estando siempre atento a las novedades. Y también aplico conceptos para mi desempeño como técnico”.
Sobre el futuro visualiza: “En Ituzaingó ya estamos pensando en lo que viene. Pretendemos hacer un buen campeonato, ser protagonistas. Este impulso del ascenso nos hacer llegar a Primera B muy motivados”.