La gran polémica de Argentina-Brasil, en el empate por las eliminatorias mundialistas, fue el codazo de Nicolás Otamendi en la cara de Raphinha. Infracción que el árbitro uruguayo Andrés Cunha ignoró por completo.
La Conmebol difundió hoy las imágenes y las conversaciones en la mesa de control del Var. Los analistas consideraron que hubo un golpe del defensor argentino “con el antebrazo en el rostro, con intensidad media” y “uso indebido del brazo, al límite”.
Y determinaron que “falta de tarjeta amarilla, no de tarjeta roja”. Sin embargo el árbitro no amonestó y ni siquiera sancionó infracción: el partido continuó con un saque de arco para Argentina.