El Galgo Gutiérrez le puso fin a su exitosa carrera de futbolista

Foto: Club Almagro

Jonás Galgo Gutiérrez cerró esta tarde un ciclo exitoso de dos décadas en el fútbol profesional. El volante de 38 años se despidió en Almagro, el club de su corazón, en la última fecha de la Primera Nacional, ingresando a los 25 minutos del segundo tiempo ante Ferro Carril Oeste.

“Estoy feliz, cumplí los sueños que tenía cuando arranqué mi carrera: jugar en Europa, jugar en la Selección y jugar un Mundial. Y retirarme en el club que soy hincha”, aseguró Gutiérrez. Ni siquiera una molestia en el soleo derecho alcanzó a empañar su fiesta del adiós.

Su debut en el fútbol grande había sido en 2001 ingresando en Vélez-Peñarol para destrabar un partido cerrado, correspondiente a la Copa Mercosur, con un gol de cabeza.

En Vélez, donde hizo las inferiores y salió campeón con una recordada sexta división dirigida por el uruguayo Julio JIménez. Luego daría la vuelta olímpica en el Torneo Clausura 2005.

Europa fue el siguiente paso: Mallorca, de España, Newcastle -donde los hinchas lo mantienen como ídolo y donde anotó un gol clave para lograr el regreso a la Premier League- y Norwich City, de Inglaterra, y La Coruña, de España.

Durante su paso por el fútbol inglés le tocó afrontar el partido más duro de su vida: contra un cáncer en un testículo. Y Jonás, con toda su entereza y la fuerza y el apoyo constante de su familia, encaró el tratamiento médico y le ganó a la dura enfermedad. Un año después de la recuperación volvió a las canchas.

Volvió a las canchas en nuestro país: Defensa y Justicia, Independiente y Banfield. Hasta que a mitad de año hizo realidad un anhelo de siempre: jugar en Almagro, el club que atrapó su corazón desde chico en su barrio de Sáenz Peña.

La Selección Argentina también se cruzó en su historia y jugó el Mundial de Sudáfrica 2010, con Diego Maradona como técnico. Mucho antes fue campeón en Sudamericano Sub 20 de Uruguay 2003.

En esta última función vestido de futbolista profesional, recibió una distinción de Almagro -igual que Norberto Paparatto y Juan Manuel Burrito Martinez, otros dos futbolsitas que hoy pusieron punto final a su paso por el Tricolor– antes del partido, posó para las fotos con su hermano y sobrinos, y recibió otra ovación más de los hinchas.

Desde un sector de la platea se replicó, como tantas veces en tantos estadios, una escena que refleja el cariño cosechado por Jonás: los fuertes gritos de aliento de su madre Mónica, el seguimiento concentrado y atento de su padre Ricardo, los nervios de su hermano Agustín y el comportamiento de lady de su hermana Eugenia, y el aliento de sus amigos, los de toda la vida y los que fue cosechando en su recorrido futbolístico. Porque Gutiérrez es de las personas que privilegian el afecto por la familia y los amigos.

Hasta Sebastián Beccacece, quien fue su técnico en Defensa y Justicia y de quien absorbió muchos conocimientos, estuvo presente en el estadio de Almagro para ser testigo de su despedida.

¿Cuál será el nuevo rumbo del Galgo? “En lo inmediato, descansar, tomarme un mes de vacaciones. Después pienso iniciar mi carrera como director técnico, ya estoy armando mi equipo de trabajo”, afirma.

El título de entrenador está listo, entonces, para ser estrenado. El de contador, carrera que intensificó en tiempos de pandemia, está a unas pocas materias de cristalizarse. Pero en el futuro de Jonás Gutiérrez asoma esa vieja amiga de toda la vida, la pelota de fútbol, por encima de las finanzas, los presupuestos y los balances.

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