Gonzalo Carou y Sebastián Simonet, dos leyendas del handball argentino, le pusieron punto final a sus felices historias en la Selección con la despedida del equipo de los Juegos Olímpicos de Tokio. Al final del partido ambos expusieron sus sensaciones.
“Estoy muy feliz. Es el momento que no quería que llegue, pero un día tenía que llegar. El marco ideal para retirarme, contra España, llena de amigos. Difícil concentrarse en el partido con tantas cosas juntas, tantos recuerdos, tantos momentos vividos, pero hay un momento que ya no se puede seguir”, declaró Carou.
El pivot de 41 años y jugador de Puerto Sagunto de España, resaltó: “Es un esfuerzo para nosotros y nuestra familia estar acá, hoy disfruté mucho, trate de vivirlo contento. Los recuerdos mas lindo son fuera de la cancha, la gente que conocés, los compañeros que conoces. Ya viví un Juego Olímpico como jugador, ahora quiero vivirlo como entrenador. Voy a dar lo mejor siempre por el handball argentino, tocará hacerlo desde afuera, ojalá lo pueda transmitir para las futuras generaciones”.
Por su parte, Simonet dijo: “A todos nos hubiera gustado no irnos hoy si no más adelante, pero fue un torneo muy duro, las experiencias anteriores nos daban la pauta de lo difícil que era y este grupo fue aún más duro. Fue el último himno y fue muy emocionante, te pega por los que están y por los que no están como mi familia”.
El central de 35 años y jugador de SAG Ballester -que se dio el gusto de compartir esta experiencia olímpica en Los Gladiadores junto a sus hermanos menores Pablo y Diego- agregó: “Se te cruzan muchos momentos lindos, pero Guadalajara es el que a todos se nos viene a la cabeza primero. No me imagino por fuera del handball, no tengo claro como voy a ayudar, pero de alguna forma lo haré porque creo que todos los jugadores con experiencia, como es Gonzalo o yo debemos devolver todo lo que nos dio el handball”.