Se cumplía la vuelta 47, sobre un total de 51. Sólo restaba el último esfuerzo antes de ver la bandera de cuadros y celebrar el triunfo en el Gran Premio de Azerbaiyán de Fórmula 1. Pero todo se desmoronó en un segundo para Max Verstappen. Fue en el instante en que perdió el control de su Red Bull y se estrelló contra la contención del circuito, en plena recta principal.
Naturalmente, el neerlandés quedó fuera de carrera. Y no solo eso, sino que otro efecto del abandono fue el lanzamiento de una serie de improperios por la radio y, posteriormente, un berrinche casi infantil. La victoria, entonces, quedó servida para Sergio Checo Pérez.
Fue el desenlace que mejor se apegó a una carrera alocada, con alternativas inesperadas, cinco líderes distintos y una resolución derivada de una falla en el neumático trasero izquierdo de Verstappen.
Al mexicano poco lo importó esa situación, pese a que tuvo que esperar para celebrar, porque la carrera se detuvo con bandera roja y así permaneció por unos 40 minutos.
Checo Pérez mantuvo la concentración en el reinicio y hundió el pie en el acelerador del Red Bull. Y ya nada pudo interponerse entre el mexicano y la victoria, su segunda en la Máxima, en los últimos dos giros.
Ni siquiera Lewis Hamilton, que partía a su lado, logró comprometer al mexicano. El británico no hizo caso a la recomendación que le dio su equipo de pensar en el campeonato, y no en esta carrera, ante el abandono de Verstappen, su rival en la lucha por el título, y atacó a fondo. Tanto fue el énfasis que el piloto de Mercedes le puso a esa maniobra, que se pasó de largo en un frenaje y también quedó sin chances de alcanzar la victoria.
Su retraso al decimoquinto puesto final le permitió a Verstappen, al menos, mantener la cima del campeonato.
El segundo puesto, finalmente, quedó en poder del alemán ex campeón del mundo Sebastian Vettel, con un Aston Martin, mientras que al último escalón del podio se subió el francés Pierre Gasly, con un Alphatauri.
El próximo compromiso de la Fórmula 1, séptimo del calendario, será el Gran Premio de Francia, el 20 de junio, en el circuito de Paul Ricard.