El reinicio de las Eliminatorias para Argentina ofreció nuevas oportunidades para jugadores que necesitan amigarse con la camiseta albiceleste, pero el equipo volvió a quedar en deuda ante un Chile al que le alcanzó con resabios de su Generación Dorada para rescatar un empate.
El primer caso a repasar es el de Ángel Di María, quien nuevamente fue puesto como titular, pero no pudo encajar en el equipo y se lo notó apurado, desordenado e incómodo en la posición por derecha.
Además, en el segundo tiempo cuando fue reemplazado, le dedicó al técnico un irresponsable gesto de fastidio por su salida, en una noche para olvidar para el ex jugador de Rosario Central.
Tampoco funcionaron los laterales. En la derecha, Juan Foyth nunca fue salida por su carril y cometió faltas que se podían haber evitado, como la que hizo en la previa del gol chileno.
Por la izquierda, Nicolás Tagliafico se dedicó más a defender que a avanzar por su lado y nunca se asoció con Lucas Ocampos en el primer tiempo para poder llegar con superioridad numérica a posición de ataque.
Siguiendo los bajos rendimientos del equipo, otrá área a considerar por el entrenador es la deo “doble cinco”, con Leandro Paredes y Rodrigo De Paul. El ex volante de Racing fue otra vez un jugador desordenado y desesperado por convertir desde lejos. Además, al no ocupar una posición fija, desordenó a su vez a sus compañeros y tampoco tuvo contención en las réplicas chilenas.
Paredes, por su parte, dejó una pobre imagen, no gravitó y estuvo lejos de la pelota. Fue desbordado por los rivales, sobre todo por Aránguiz, y salió en el complemento jugando uno de sus peores partidos en el seleccionado.