La final de la Champions League que disputarán el próximo 29 de mayo Manchester City y Chelsea finalmente no será en el estadio Ataturk de Estambul, Turquía, que por segundo año consecutivo debió ceder su lugar por el contexto de la pandemia de coronavirus.
Además, Turquía está en la “lista roja” de destinos para Reino Unido, por lo que era una inmensa dificultad trasladar a las delegaciones.
Al igual que en 2020, la sede pasó a ser en Portugal, aunque esta vez no será en el Estadio da Luz de Lisboa, sino en el Estadio do Dragão, de Oporto, en el que suele hacer de local Porto.
Con una mejor situación epidemiológica, Oporto además dará la posibilidad de contar en las tribunas con 6.000 espectadores.
Se hizo un intento para jugarlo en Inglaterra, país de origen de los finalistas, pero no se pudieron sortear con el gobierno del Reino Unido las exigencias de cuarentena impuestas.