El francés podrá jugar a partir de este martes y su objetivo es disputar el Mundial de 2026 con Francia. Un sinfín de clubes han manifestado interés en ficharle.
Un año después de que el TAS acordara sancionarle cuatro años, reducida a 18 meses tras constatarse que no se dopó intencionadamente, con un litigio de por medio con su hermano pequeño y una banda de malhechores que intentó estafarle, Paul Pogba está de vuelta. A partir de hoy, 11 de marzo de 2025, a las 00:00 horas, el mediocentro podrá volver a los terrenos de juego, una liberación a pesar de no haber jugado en prácticamente los dos últimos años por culpa de la suspensión y sus incesantes lesiones.
El francés, de 31 años, ha vivido un auténtico calvario en el último año y medio en el que no ha parado de entrenarse en solitario, después de resolver su contrato con la Juventus, que no quiso saber nada del jugador cuando se confirmó su sanción por dopaje. Su objetivo, tal y como confirman sus más cercanos, es prepararse de la mejor posible la próxima temporada, en un equipo competitivo, para disputar el Mundial de 2026 con la selección francesa.
Su decisión será determinante, ya que, a pesar de su desconocido estado físico, tras dos años prácticamente sin vestirse de corto, concretamente desde el 4 de septiembre de 2023, en un partido contra el Empoli como futbolista bianconeri, Pogba quiere volver a sentirse importante en un gran proyecto europeo. Entre los equipos que tímidamente han aparecido en el horizonte se encuentra el Olympique de Marsella, que mantuvo contactos con el centrocampista en enero, pero finalmente descartó su incorporación.
El conjunto marsellés adujo que no había intensificado las negociaciones porque entendió que su llegada podría generar una grieta en el vestuario. Su fichaje, totalmente mediático, sin posibilidad de competir hasta el 11 de marzo, habría centrado las miradas en su estado físico y no en el rendimiento de una plantilla que, actualmente, es el segundo mejor equipo de la liga francesa, aunque a 16 puntos del PSG. Tanto Pablo Longoria, presidente, como Benatia, director deportivo, tienen en alta estima al exjugador de la Juventus, y no se descarta que en verano intenten ficharle como ya hiciera con Rabiot en agosto, convenciéndole del proyecto que encarna Roberto de Zerbi.
A Pogba le han llegado formalmente acercamientos por parte de clubes de la MLS, también de Brasil, pero sin ninguna oferta concreta. Todo indica a que el francés, que desde hoy ya puede competir, aunque no puede incorporarse a ningún equipo europeo hasta junio, prioriza Europa, cuyas ligas son más competitivas y podrán comprobar de primera mano el nivel del internacional francés, una incógnita ahora mismo. Estados Unidos le atrae, pero Deschamps, en 2026, antes de anunciar su lista de convocados para el Mundial, ponderará aquellos futbolistas que se encuentren al máximo nivel en suelo europeo, a pesar de haber convocado a Kanté, en Arabia Saudí, para la última Eurocopa.
Pogba afronta los meses más importantes de su vida, porque su gran sueño, como ha reconocido recientemente, es volver a vestir la camiseta de la selección francesa y certificar su billete al próximo Mundial. Europa mira de reojo el estado físico del que fue, hasta 2020, uno de los mejores centrocampistas de Europa, suscitando incluso el interés del Real Madrid durante la etapa de Zidane como entrenador. Su vuelta a los terrenos de juego la celebra Francia, afligida durante mucho tiempo por la ausencia de un líder en el mediocampo.
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