Fiesta argentina y a semifinales

El Atleti tritura a un irreconocible Getafe en cuartos de la Copa para pasar de ronda. Goleada con aroma argentino con doblete de Giuliano, goles de Lino, Correa y Sorloth. Superlativo De Paul.

Este es un Atlético que bebe mate, come asados, sabe de Borges y no solo escucha tangos, también los baila. Sobre todo si tiene la redonda cerca. Como si el Metropolitano fuese una calle de San Telmo, Simeone trinchó a un Getafe desconocido, sin garra, para alcanzar las semifinales de esta Copa con cinco compatriotas titulares: Musso, Nahuel, De Paul, Giuliano y Julián. Y el argentino es ahora mismo un futbolista con estrella. Toda la goleada tuvo tono albiceleste bajo un hilo musical altísimo: ese ole, ole, ole que, hace ya varios partidos, ya no solo va por el Cholo.

Bordalás le quitaba el forro enseguida a los dos fichajes de invierno, Terrats y Bernat, directos de la cesta de la compra al once, dándole descanso a un indiscutible como Arambarri ya sin Milla y completando el banquillo con cinco chavales. Simeone hacía rotaciones, sí, seis cambios con respecto al Mallorca, algunos por obligación (Barrios era baja por indisposición y en el medio le sustituía Koke con De Paul) y otros con sorpresa (Galán pasaba de la enfermería al equipo titular) pero todo bajo un tono de once tipo. El Cholo puede haberle ganado todos los partidos de su vida al Getafe y a Bordalás pero no se fiaba ni un poco. Un Cholo en chándal, por cierto, como todos los partidos de esta Copa, quizá atado a sus cábalas.

La elegancia la tiene ante los ojos, solo con mirar al frente y hacia sus jugadores. A este Atleti que desde que Giuliano se hizo con la titularidad no juega, tritura. Introduciría al Getafe en su bandoneón enseguida. El primer zarpazo ya fue argentino, de Julián Alvarez después de un servicio de Lino con el exterior que no logró controlar para embocarla con peligro. El Atlético había salido intenso ante un Getafe que no parecía el Getafe y con eso se cuenta todo. Enseguida los rojiblancos hicieron suyo el balón, el rondo, el meneo y el gol. Mientras el Cholito volvía a prender su nombre del cántico a su padre. Ole, ole, ole. Pero cuando se echa a correr con Nahuel, De Paul y Julián por la derecha, al Atleti se le abren solos los caminos. Aunque la jugada del 1-0 comenzó en el árbitro.

Y es que Cuadra Fernández no se sabe bien dónde miraba, pero tenía la pelota el Getafe y el colegiado bloqueó a Uche, sin verle, cuando iba a recibir un pase (después le sacaría, encima, amarilla, por protestar). El Atleti amarró el balón y lo amasó con paciencia, en una jugada larga que terminó con un centro de Galán al punto de penalti, allí donde estaba el Cholito para demostrar que no solo corre, también cabecea como un 9: saltó a por esa pelota para enviarla al fondo de la red ante un Bernat no podía tener peor debut. Resbalón y barra libre. Gol. Era el minuto 8. Diez después ahí estaba de nuevo Giuliano con los puños en alto celebrando el 2-0.

Pero si en este Atleti él pone pulmones, el fútbol es cosa de De Paul, que vive un idilio con la pelota. La mueve a su antojo, con suma clarividencia y pases afilados. El 2-0 fue del todo argentino, con la conducción de Julián y el pase de gol de De Paul a Giuliano, que solo tuvo que empujar. Ole, ole, ole, Giuliano Simeone volvía a escucharse alto, altísimo. La eliminatoria resuelta, el Getafe perdido en sus pérdidas, como si fuese su primo cuarto o quinto, pero muy lejano, ante este Atleti subido a las aerolíneas argentinas para surcar los cuartos como si con los jugadores de Bordalás hiciese un picadito. Letacek evitó goles de Griezmann y Lino antes de encajar el tercero, del brasileño, segundo partido consecutivo marcando. Musso seguía como el resto de esta Copa del Rey: sin apenas trabajo. Como tiro del Getafe en la primera parte podría contarse un churro de Uche.

El equipo de Bordalás volvió del descanso con Juanmi, Mayoral, Carles Pérez y otra actitud. Al menos brega. El Atleti ya había ganado el partido en 45 minutos y levantó el pie, dosificándose, que de fondo está el derbi. Musso detenía en dos tiempos un disparo de Carles Pérez y luego otro remate de Terrats mientras Mayoral pedía penalti en una jugada en la que se trastabilló con Le Normand. Y hasta ahí duró lo poco que quedaba del Getafe. El Atleti remató la goleada con dos tantos más. Si el último fue de Sorloth, el anterior fue de Correa, quien además asistió al noruego. Claro, argentino tenía que ser.

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