Abucheo mayoritario para Aurélien, cuando fue anunciado por megafonía en las alineaciones. Con Ancelotti, división de opiniones.
La afición madridista le estaba esperando. Cuando a escasos ocho minutos del pitido inicial, la megafonía del Bernabéu fue enumerando los futbolistas del once inicial contra el Celta de Vigo en estos octavos de Copa y. después, enunciando a los suplentes, hubo un claro abucheo. Se lo llevó Aurélien Tchouameni, muy señalado por sus actuaciones esta temporada como central y en especial su pésimo papel en el 2-5 en Yeda del pasado domingo. Concierto de pitos y gritos para Tchouameni, que ya se podía imaginar lo que se le venía encima porque también se llevó otra pitada (menor, porque faltaba aún bastante público) justo cuando saltó a calentar unos minutos antes.
La afición se pronunció sobre un futbolista que contra el Celta recupera su posición más habitual de centrocampista y al que el coliseo blanco mira de reojo a Tchouameni desde su flojísimo partido contra el Milan, donde fue clave para que el equipo rossonero se llevara un 1-3 a casa.
No fue el único al que apuntó la parroquia blanca. También estaba por verse qué recibimiento recibía Ancelotti tras el varapalo de la Supercopa y cuando se mencionó el nombre del italiano, hubo división de opiniones. Silbidos pero también tímidos aplausos, sin llegar a los decibelios que se alcanzó con Tchouameni. El internacional francés, por cierto, también escuchó pitos en los primeros balones que ha tocado en el partido.
as