El Madrid busca el mal menor del factor campo en dieciseisavos o el milagro de saltárselos ante el sorprendente Brest, el más modesto de la Champions.
Será noche de aritmética, pero al Madrid, clasificado ya para dieciseisavos de final, todas las cuentas solo le cuadran ganándole hoy al Brest, mejor por un amplio margen de goles. Si lo hace, se asegurará el factor campo en esa ronda intermedia de febrero y tiene una posibilidad, incluso, de eludirla. Este supuesto es remoto (2,9% de opciones). Cuatro de los ocho equipos que quedarán exentos son ya inalcanzables, con otros dos solo puede empatar y por encima tiene nueve más, bien con mayor puntuación, bien con mejor goal average. Hasta ahí la incertidumbre, que incluye alguna fiera suelta en esos posibles dieciseisavos (seguro el City, probable el PSG). Pero también hay certezas. Una por encima de todas: Mbappé.
El francés ha obrado una transformación radical desde aquel penalti fallado en San Maméstras el que confesó haber tocado fondo. Hasta ese partido había marcado 10 goles en veinte partidos con 90 disparos. Después de aquella noche ha anotado doce tantos en doce encuentros y con solo 42 tiros. Su promedio de goles por minuto se ha reducido a la mitad, su liderazgo se ha multiplicado por dos. Esa explosión en cierto modo tardía de Mbappé minimiza la segunda ausencia consecutiva por sanción de Vinicius. Sin él, el Madrid ha sumado cinco victorias y dos derrotas, pero su media anotadora en esos encuentros solo bajó una décima.
La presumible vuelta de Lucas Vázquez podría devolver al centro del campo a Tchouameni, porque parece impensable que Ancelotti saque del equipo a Ceballos, cuyas últimas actuaciones le están acercando mucho al añorado Kroos. El sábado, en Valladolid, dio 108 pases con un 98,2% de acierto, registro solo alcance del alemán. Brahim sería el sacrificado.
El milagro Roy
El Madrid tendrá enfrente a un equipo milagro, el Brest, que cumple ahora su 75º aniversario, aunque esta es solo su décima participación en la Ligue 1. Nunca había pasado del undécimo puesto hasta que la pasada temporada, en contra de todos los pronósticos, acabó tercero. Fue bajo la dirección de Éric Roy, excentrocampista de varios clubes franceses, entre ellos Marsella y Lyon, el Sunderland inglés y durante una temporada el Rayo Vallecano que dirigieron Gregorio Manzano y Andoni Goikoetxea y en el que jugaban Lopetegui, Michel o Bolo. Tras su retirada ejerció más de director deportivo (Niza, Lens y Watford) que de técnico, pero en enero de 2023 aceptó una propuesta para intentar salvar al Brest, que estaba en zona de descenso. Cumplió aquella misión sobradamente y un año después lo llevó a la Champions. Es, con diferencia, el presupuesto más bajo de los 36 competidores (48 millones) y también el de peor coeficiente cuando comenzó el torneo. Aún hoy, después de haber invertido 12 millones en fichajes, es el decimoquinto equipo de la Ligue 1 en términos presupuestarios.
Sin embargo, y sin repetir la hazaña del curso pasado, marcha octavo en su Liga, muy cerca de los puestos europeos, ha ganado siete de sus últimos nueve partidos y suma un punto más que el Madrid en la Champions. Ganó a Sturm Graz, PSV, Salzburgo y Sparta y le sacó un empate al Leverkusen .Frente al Barça, en cambio, no tuvo ninguna oportunidad (3-0). Ni siquiera puede jugar como local en su estadio, el Francis Le-Blé, porque no cumple las condiciones que exige la UEFA. Lo hace en el campo del Guingamp, ciudad distante en 113 kilómetros de Brest. A eso también se ha sobrepuesto.
“El fútbol, a menudo, es como el amor: tiene razones que la razón no entiende. Desafiamos todos los pronósticos. Es increíble”. Así explica Roy la hazaña de un club que solo tiene seis internacionales y que siempre fue de paso para grandes figuras: Le Normand, Ribery, Lama, Givarc’h, Tapia, Tata Brown, Makelele, Sergio Goykoechea, Le Guen, Guerin, Martins o David Ginola.
El gigante Ajorque
En su plantilla figuran dos futbolistas que pasaron fugazmente por la Liga, Jonas Martin (Betis) y Amavi (Getafe), aunque ambos están ahora lesionados. Romain del Castillo, habilísimo zurdo, de bisabuelos españoles, internacional Sub-21, fue el jugador clave la campaña pasada y sigue siendo importante en esta, aunque en funciones anotadoras le ha tomado el relevo Ludovic Ajorque, una torre de 1,96 nacido en la isla Reunión y que suma ya ocho tantos. Ajorque, cedido por el Mainz, es uno de siete futbolistas que juegan a préstamo. Otro, el senegalés Sima, prestado por el Brighton y con pasado en las ligas checa y escocesa, aporta siete goles y mucha movilidad en el frente de ataque. El resto procede de equipos modestos o de la cantera. De estos, el más destacado es el central Chardonnet, que lleva once años siendo el gran baluarte defensivo del equipo. También Magnetti, mediocentro, salió de las categorías inferiores.
Un recorrido más largo en el fútbol europeo presentan el pivote suizo Edmilson Fernandes, que pasó por Fiorentina y West Ham, y el lateral Lala, dos temporadas en el Olympiacos griego. El holandés Bizot, veterano de 33 años salido de la academia del Ajax y fichado hace cuatro del AZ Alkmaar, es el portero indiscutible. Y faltan, por lesión, sus dos mejores futbolistas: Locko y Lees-Melou, candidato a MVP en la pasada Liga, que está a punto de volver. Podría ser incluso hoy.
La mayor parte de los registros en esta Champions (goles, tiros, pases, posesión) son favorables al Madrid excepto uno. El Brest es el tercer equipo que más balones recupera y el Madrid, el 32º, dato que revela la preocupación expresada en diversas ocasiones por Ancelotti sobre los problemas defensivos de su equipo.
El equipo de Roy, en cualquier caso, tiene razones sobradas para temer a Mbappé, contra el que se vio diez veces en las competiciones francesas, con nueve derrotas y un empate. El crack blanco les hizo nueve goles, con dos dobletes, en aquellos encuentros. A esa tuneladora tendrán que volver a enfrentarse hoy.
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