El Barça, máximo goleador de la fase-liga de la Champions (26) y que aún puede ser líder, se mide al Atalanta, tercer máximo realizador (18), que necesita un triunfo para sellar su pase en el Top-8
EI Barça cierra este miércoles la primera fase-liga del nuevo formato de la Champions con opciones reales de terminar primero. Bastaría para ello ganarle al Atalanta en el Lluís Companys (21:00 horas) y que el Liverpool, que lo tiene casi todo hecho porque como mínimo será segundo, perdiese en Eindhoven ante el PSV. Si los de Flick empatan, son virtualmente segundos. Sólo les descabalgaría de esa plaza una victoria por cuatro goles del Arsenal en Girona; o una del Inter por nueve contra el Mónaco. La derrota no le haría caer más bajo del cuarto puesto, salvo goleadas locas e imposibles del Atlético en Salzburgo, o el Milan en Zagreb.
Pero más allá de los números, que objetivamente sitúan al Barça muy cerca de los dos primeros puestos, es una noche para celebrar en Montjuïc. Los de Flick han firmado una fase previa espectacular, en la que más allá de su derrota inicial en Mónaco, donde pagaron un error grave del hoy lesionado Ter Stegen que acabó en expulsión de Eric Garcia, le han ganado a cuatro campeones de Europa. A saber, Bayern (4-1), Estrella Roja (2-5), Dortmund (2-3) y Benfica (4-5). Se le añaden las victorias contra el Young Boys (5-0) y el Brest (3-0).
Los números confirman que el Barça se siente en condiciones de olvidar de una vez por todas los fantasmas europeos que le han acompañado en la última década. De momento, ya puede pensar en los octavos. Y el Atalanta es una buena piedra de toque. Campeón de la Europa League, la Dea también es un equipo con principios. Es el tercer máximo goleador de la competición (18) y, aunque falla en algunos días grandes, en otros se hace gigante como en la final europea del curso pasado, en la que pasó por encima del hasta entonces invicto Leverkusen de Xabi Alonso. También propone un fútbol vistoso, que esta vez se verá impedido de Ademola Lookman. El flamante Balón de Oro africano llegó a estar en la lista de Deco cuando el Barça todavía se planteaba vender a Raphinha… La huella de Gian Piero Gasperini, 419 partidos al cargo del club, va a ser eterna. A sus 67 años, sin embargo, todavía quiere más. El Atalanta depende de sí mismo para acabar en el top-8 que permite evitar el play-in de camino a los octavos. Veremos si le deja conseguirlo su colega Flick. El Barça está con un hambre voraz y jugadores que reclaman un sitio en el once. Hoy es un buen día para ganarse la confianza del entrenador, si no eres Iñaki Peña… Noche a tumba abierta.
as