El Madrid busca su noveno título mundial ante el milagroso Pachuca. Camavinga, titular; Mbappé, duda hasta el final. Rondón pone el peligro y la leyenda.
Hasta que diga lo contrario el aún no nacido Mundial de Clubes de Estados Unidos, Qatar decide hoy cuál es el mejor equipo del planeta en la final de la Intercontinental, torneo de formato cambiante que ha sobrevivido 64 años. Nacido como un desafío entre los campeones de Europa y de Sudamérica, a doble partido, el Madrid le ganó a Peñarol la primera edición, en 1960. El modelo se mantuvo hasta 1980, a veces precariamente por la renuncia de los equipos europeos a causa del clima bélico que se vivía en los estadios sudamericanos. Se suspendieron dos ediciones (1975 y 1978) y en otras cinco acudió el subcampeón. En 1980, y hasta 2004, el torneo comenzó a disputarse a partido único, con un experimento fallido en 2000 en el que participaron ya clubes de todos los continentes. El Madrid acudió como invitado y acabó cuarto sin perder un partido.
A partir de 2005 se recuperó esa fórmula multicontinental, pero ya con continuidad. Al campeón de la Champions y al de la Libertadores se les concedió el privilegio de entrar solo a partir semifinales. En la edición actual llega el enésimo cambio: el equipo europeo únicamente jugará la final. En la suma de formatos y denominaciones reina el Madrid, con ocho títulos, y hoy va a por el noveno ante el Pachuca, seis veces campeón de la CONCACAF, solo por detrás del también mexicano América.
Una temporada problemática
El club azteca comparte con el Recreativo de Huelva su condición de decano en el fútbol de su país (nació en 1892) y su origen en las minas inglesas de la región de Hidalgo. Será el segundo equipo mexicano en disputar una final. El primero, Tigres, cayó en la de 2020 ante el Bayern.
El Pachuca llega al partido en el final de un ciclo glorioso. De la mano de Guillermo Almada, el uruguayo que lo dirige desde 2021, ha conquistado cuatro títulos, entre ellos la última ‘Concachampions’, pero ahora da muestras de debilidad. Acabó antepenúltimo en el Apertura, con solo tres victorias en 17 partidos y tampoco terminó bien los dos torneos anteriores. De hecho, Almada ya le ha anunciado a Jesús Martínez, presidente del club, que su intención es marcharse tras esta final. Se confiesa agotado de tener que reinventarse cada semestre en un club tan canterano (gran parte de la plantilla viene de las inferiores y allí se criaron estrellas como Hirving Lozano o Héctor Herrera) como vendedor.
El milagro de la tarda de penaltis
Ese mal momento de los Tuzos (toman su apelativo de un topo autóctono, símbolo de una región minera) no ha sido apreciable en esta Intercontinental. Golearon al Botafogo brasileño (3-0), campeón de la Libertadores tras una gran inversión en futbolistas, y superaron en los penaltis al Al Ahly egipcio, segundo equipo con más títulos internacionales tras el Real Madrid. En ambos partidos fueron dominados (un 33% de posesión frente al Botafogo), pero resistieron. Contra los egipcios, milagrosamente tras fallar los dos primeros lanzamientos de la tanda.
El Madrid se encontrará un equipo muy poco territorial fuera de México y con futbolistas con pasado en la Liga. El más conocido, Borja Bastón, canterano del Atlético y figura de las selecciones inferiores españolas. Fue Bota de Oro en el Mundial Sub-17 de 2009 y campeón de Europa Sub-19 en 2011. En aquella época él era el nueve titular por delante de Morata. Koke, Isco, Sergi Roberto y Muniain fueron sus compañeros de aventura. Luego las lesiones le impidieron llegar hacia donde apuntaba, pero ha tendido una larga carrera (Murcia, Huesca, Deportivo, Zaragoza, Eibar, Swansea, Málaga, Alavés, Aston Villa, Leganés y Oviedo) antes de acabar, con 32 años, en el Pachuca. Aquí no juega demasiado porque le cierra el paso Salomón Rondón, una leyenda de Venezuela que también pasó por España (Las Palmas y Málaga) y por la Premier. Con 35 años se mantiene en la selección y es el líder del equipo. El holandés de nacionalidad marroquí Idrissi, que tuvo un paso fugaz y poco exitoso por Cádiz y Sevilla, y el central argentino Cabral, que jugó siete campañas en el Celta, son otras de las figuras de un equipo que cuenta también con tres internacionales mexicanos, dos ecuatorianos y un colombiano.
Del Pachuca se espera un partido de resistencia, refugiado en el 4-2-3-1 tradicional de Almada, y cierta facilidad para contragolpear. Con muy poca pelota, al Botafogo le disparó 15 veces, seis de ellas a puerta.
Los seguros y los probables
El Madrid llega vestido de gala, después del reconocimiento de Vinicius como The Best, que el club toma como desagravio del Balón de Oro, y con una mayoría cualificada en el once del año. Sin embargo, la realidad del equipo ahora no es tan luminosa. No lidera la Liga, sufre en la Champions y comparece mermado por las lesiones. De hecho, hasta hoy no se despejará la incógnita Mbappé. La impresión que dejaron la rueda de prensa del técnico y el entrenamiento del francés es que estará de salida.
En el once se espera a la defensa de Vallecas y son seguros Valverde, Camavinga y Bellingham en el centro del campo y Vinicius arriba. Las dos plazas vacantes dependerán de Mbappé y del dibujo de Ancelotti, últimamente inclinado al 4-4-2, para un partido siempre de doble filo: ofrece un título con un único esfuerzo de 90 o 120 minutos, pero hace imperdonable la derrota por la falta de currículum del rival.
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