Primera jornada fuera de casa desde el Balón de Oro. Está enchufado y con ganas de redención, dice su entorno. El club cree que Butarque será elegante.
Partidos a domicilio, en España. Esa es la ecuación. Donde más ha reconocido sufrir Vinicius, incluso por encima de las salidas europeas. Es su territorio comanche. Pero donde volverá esta noche. Desde el varapalo del Balón de Oro, no ha vuelto a jugar un partido de Liga… lejos del Bernabéu. Debió ser en Mestalla, pero no pudo ser. Y el calendario se pospuso hasta hoy. El club transmite tranquilidad con el ambiente: Butarque no suele ser escenario de altercados. Pero el runrún, pese a leve, existe. Hoy Vinicius sale de su zona de confort y regresa a donde más sufre. A la rutina. Primera vez, desde aquello que no debe ser nombrado. Y que, desde dentro, aseguran le ha motivado. Hambre de redención.
Han pasado 27 días. Casi cuatro semanas muy difíciles. Incredulidad, contrariedad, aceptación y redención. Esas han sido las fases. En los primeros días el jugador estuvo muy afectado, arropado por su gente más cercana y sin apariciones públicas. Al cancelarse la jornada por la tragedia de la DANA, pudo reposar con calma. No hubo fútbol ese fin de semana. Pero cuando volvió la actividad, Vini seguía tocado. Fue ante el Milan, una noche para olvidar (aunque marcó de penalti). Nada. Vinicius seguía sin ser Vinicius. Pero como no hay mal que dos semanas dure –o algo así rezaba el refrán–, al 12º día, volvió. Y de qué manera.
Salir de la zona de confort
Porque después, Osasuna. Una obra de arte. Su segundo hat-trick de la temporada y un baño de masas. Justo lo que necesitaba. El Bernabéu lo abrazó, sanando la herida. Está con él. Pero hasta ahí. Porque todo esto, en el fondo, seguía siendo zona de confort. Será esta noche cuando volverá a esa rutina que tan poco le gusta: los partidos de Liga, fuera de casa. Donde más sufre. Porque Vinicius siempre ha señalado que en estos escenarios crece la permisividad en materia de faltas y altercados (principalmente desde la grada). Aunque no esta noche.
Tranquilidad
El sentir en el Real Madrid es que Butarque será elegante. Deportiva. Que no es un estadio acostumbrado a las faltas de respeto y que la relación entre clubes, más allá de la rivalidad, es buena. En la próxima salida liguera (San Mamés, el 4 de diciembre), quién sabe; pero hoy no se esperan líos. Dentro del club también se transmite que Vinicius, 27 días después, ha pasado página. Que todo el lío del Balón de Oro, doloroso a corto plazo, ha supuesto una motivación a medio. Tiene hambre y ganas de redención. De demostrar al mundo que se equivocó y ganar el del año que viene. Ya es lo que le queda. El camino pasa por Butarque. Y por el resto de estadios de España. Por brillar donde menos le agrada, pero donde debe. Y quiere.
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