El técnico asturiano siempre ha estado en la órbita del Atlético de Madrid y sigue sonando para, en un futuro, dar el relevo al argentino en el banquillo.
La historia del Atlético de Madrid pudo cambiar radicalmente en junio de 2011 si, en vez de Gregorio Manzano, Luis Enrique hubiera aterrizado en la capital española. El técnico asturiano acababa contrato con el Barcelona B y Miguel Ángel Gil intensificó las negociaciones para incorporarle. Hubo un principio de acuerdo entre ambas partes, pero finalmente Lucho fichó por la Roma y fue Manzano el que cogió el testigo del banquillo colchonero.
El favorito siempre fue Luis Enrique, que se mostró abierto a suscribir un contrato con la entidad rojiblanca. Sin embargo, el fuerte interés de la Roma le persuadieron y finalmente recaló en la capital italiana, en la que quizá aterrizó prematuramente y fue incapaz de desarrollar su idea de juego. Manzano, que era el plan B de Caminero, se hizo con las riendas del Atlético, pero su periplo duró apenas unos meses.
El fútbol da muchas vueltas y nadie sabe qué hubiera ocurrido si Luis Enrique hubiera fichado por el Atlético de Madrid y no Manzano, destituido en diciembre de 2011. El gijonés, en mayo de 2012, fue despedido de la Roma y, seguramente, si su cese se hubiera producido meses antes, los caminos se podrían haberse encauzado con el Atleti, que recurrió a los servicios de Simeone para aplacar una dura crisis que sacudía al club.
La decisión de fichar a Simeone cambió la historia del Atlético de Madrid. El argentino no solo revitalizó la plantilla, sino que se convirtió en el mejor entrenador de su historia. Desde su nombramiento, en diciembre de 2011, el equipo se convirtió en una máquina de competir, logrando ocho títulos en 13 años, además de dos finales de la Champions League, ambas perdidas contra el Real Madrid.
A pesar del gran desempeño de Simeone con el Atlético de Madrid, Luis Enrique ha seguido en la órbita del Manzanares durante varios años. Como por ejemplo, después del Mundial de Qatar, cuando el técnico argentino atravesaba un momento complicado y el nombre del asturiano surgió como candidato para suplirle en el banquillo. Sin embargo, la confianza en el Cholo es máxima y finalmente suscribiría un nuevo acuerdo de renovación hasta 2027.
Queda mucho, muchísimo tiempo, para que el contrato de Simeone expire con el Atlético, pero se da la casualidad de que Luis Enrique también ha renovado dos años más con el Paris Saint-Germain y su contrato concluirá en 2027. Tras un paso brillante por el Barcelona, con el que ganó el Triplete en 2015, fichó por la selección española, con la que, a pesar de no ganar un título, dejó su impronta con una idea de juego ofensiva y catapultando a varios jóvenes a la élite.
Luis Enrique se comprometió en 2023 por dos temporadas con el PSG. Su buen desempeño, fraguando un proyecto en el que las estrellas pasaron a un segundo plano para reforzar el colectivo, sedujeron completamente a Al Khelaïfi, que no dudó ni un instante en renovarle. Su ampliación de contrato, aunque no se haya formalizado, está firmada, denotando que en la capital francesa están encantados con el entrenador español.
Este miércoles, en el Parque de los Príncipes, Luis Enrique y Simeone se vuelven a ver las caras, en una final para ambos, ya que el PSG está obligado a ganar tras haber sumado apenas cuatro puntos de nueve posibles en la Champions y el Atlético ha sufrido dos derrotas en sus tres primeros partidos de la liguilla. El balance es halagüeño para el asturiano, que, en 14 enfrentamientos frente a su homologo argentino, ha ganado 9, ha empatado 2 y apenas ha perdido 3. Un duelo con cuentas pendientes en París y con el relevo del Cholo en el horizonte.
as